Voz del Papa
Cuidar nuestra casa (7)
José Martínez Colín
1) Para saber
El Papa Francisco advierte que se ha de llevar una ecología
que mire los distintos aspectos del ser humano, es decir, que sea
una “ecología integral”. Y una dimensi￳n importante es la
consideración del valor del trabajo. En el relato de la creación del
hombre, Dios le da un trabajo a llevar a cabo: que cuide lo existente
y además lo trabaje para que produzca fruto. Una manera de
relacionarse que tiene el hombre con la creación es a través del
trabajo.
El Papa hace la aclaraci￳n de que “no hablamos sólo del
trabajo manual o del trabajo con la tierra, sino de cualquier
actividad que implique alguna transformación de lo existente, desde
la elaboración de un informe social hasta el diseño de un desarrollo
tecnológico”, toda actividad, incluso las no remuneradas como
podrían ser las actividades del hogar, caben en el concepto de
trabajo.
Y ese trabajo ha de ser el lugar donde la persona pueda
desarrollarse y encontrar su perfección y su santidad. Ahí se pone
en juego, dice el Papa, muchas dimensiones de la vida: la
creatividad, la proyección del futuro, el desarrollo de capacidades, el
ejercicio de los valores, la comunicación con los demás, una actitud
de adoración.
2) Para pensar
El trabajo, dice el Papa, es una necesidad, parte del sentido de
la vida, camino de maduración, de desarrollo humano y de
realización personal.
Cuando cualquier actividad se hace por Dios, adquiere un
valor sobrenatural y la persona que lo realiza se santifica. San
Josemaría Escrivá para explicar esta realidad, solía llevar a jóvenes a
lo alto de la torre de la bella Catedral de Burgos. Desde arriba se
podía apreciar la crestería, cómo se había esculpido la piedra como
un encaje con paciencia y esfuerzo. Era una obra de arte hecha con
perfección. Y les hacía ver que esa hermosa filigrana no se veía
desde abajo. Quienes la hicieron sabían que no sería contemplada ni
apreciada por la gente de la calle, lo habían hecho con la máxima
perfección para que Dios la mirara, no para recibir ellos las
alabanzas. Terminaba diciéndoles: “Haz tú lo mismo que aquellos
canteros, y tu trabajo será también operatio Dei, obra de Dios, una
labor humana con entra￱as y perfiles divinos” (Amigos de Dios, 65).
Pensemos con qué fin hacemos las cosas y con qué calidad las
terminamos. Hemos de buscar siempre darle gloria a Dios con
nuestra actividad sin importar la grandeza o pequeñez de lo que
hacemos: sea lavar un plato o dar una conferencia.
3) Para vivir
El Papa observa que si cuidamos hacer nuestras actividades de
la mejor manera, esa manera de vivir el trabajo nos vuelve más
cuidadosos y respetuosos del ambiente, impregna de sana
sobriedad nuestra relación con el mundo. Se trata de mejorar el
mundo a la vez que nosotros mismo también mejoremos como
personas.
San Josemaría afirma que “el trabajo no es s￳lo medio de
recabar recursos económicos y vínculo de unión con los demás; no
sólo testimonio de la dignidad del hombre y contribución al
bienestar social. En el hombre en gracia, puede llegar a ser realidad
redimida y redentora, medio de santificaci￳n” (“Es Cristo que pasa”,
n.47).
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra)
( articulosdog@gmail.com )