SE AMARON HASTA EL FINAL
Luis y Celia serán santos dentro de unos meses. Son los
padres de santa Teresita de Lisieux. La ceremonia se
llevará a cabo en octubre, cuando se celebre el Sínodo
sobre la Familia en la ciudad de Roma. No los canonizarán
porque sean padres de una gran santa. Ellos se lo ganaron
a pulso y por la gracia de Dios.
El ambiente familiar, la educación de los hijos, la vida de
fe y el ejemplo de cada día son los signos más evidentes
del talante creyente de este matrimonio. ¿Te imaginas
una familia con tres santos? La lectura de los
“Manuscritos autobiográficos de Teresa del Niño Jesús
nos dan una idea del ambiente familiar. Un hogar donde
el cariño y la ternura son el pan de cada día. Donde Dios
es el Eterno Viviente que ilumina todos los rincones de la
existencia humana.
Pío XI afirmó que Teresa de Lisieux era “la santa más
grande de los tiempos modernos”. Y es que sus padres,
Luis y Celia, fueron unos creyentes extraordinarios. Hoy
que la familia está tan fracturada y amenazada,
necesitamos ejemplos vivos que nos pongan de
manifiesto que el hogar es el santuario del amor, la
primera escuela donde aprendemos los valores más
básicos de la vida y donde se aprende a vivir al estilo de
Jesús.
Estos esposos nos indican que la santidad es una llamada
para todos los creyentes y accesible para todos aquellos
que se han tomado en serio el Evangelio. Ellos conocieron
un amor esponsal, una familia con gozos y tristezas.
Experimentaron la felicidad de creer en Jesús.
No todo fueron rosas y alegrías. Conocieron el dolor, la
enfermedad, el cáncer de Celia, la pérdida de cuatro hijos,
la arterioesclerosis cerebral de Luis, las dificultades en el
trabajo y el sudor de llevar adelante a su familia.
Pero se amaron hasta el final, el cariño familiar fue la
mejor medicina y sobre todo la presencia de un Dios
bondadoso, fuente de una fortaleza que supera nuestras
debilidades.
El matrimonio de Luis y Celia puede ser una luz para los
esposos y padres. La vida matrimonial es una fuente de
alegría y felicidad. Lo cotidiano de la vida puede ser la
materia prima para santificarse y realizarse como
personas humanas.
Algunos textos significativos:
“Te sigo con la mente durante todo el día y me digo por dentro:
“En este momento está haciendo tal cosa”. No veo la hora de
volver a tu lado, querido Luís, y hasta siento que se redobla mi
cariño al faltarme tu presencia; no puedo vivir alejada de ti .
Carta a su marido, en CELIA GUERIN, Cartas a mi Familia ,
Monte Carmelo, Burgos, 2000, p. 215.
“Pero cuando tuvimos hijos, nuestras ideas cambiaron un poco.
No vivimos más que para ellos, constituían toda nuestra felicidad
y sólo en ellos la encontrábamos. Nada nos resultaba ya penoso y
el mundo ya no nos era una carga. Para mí, eran la gran
compensación y por eso quería tener muchos, para crearlos para el
cielo” CELIA GUERIN, Cartas a mi Familia , p.424.
“La pequeña no nos da nada de guerra durante el día, pero por la
noche con frecuencia nos hace pagar caro lo bien que se porta
durante el día. Anoche la tuve en brazos hasta las once y media, y
ya no podía con mi alma, de cansada; después, gracias a Dios,
durmió como un tronco.
La niña se llama Teresa, como la última. Todos me dicen que es
guapa, y ya sonríe. Me di cuenta por primera vez el martes. Creí
que me equivocaba, pero ayer ya no había lugar a dudas: me miró
con mucha atención y luego me dirigió una sonrisa deliciosa.
Cuando la llevaba en el seno, noté algo que nunca me hab í a
ocurrido con los otros hijos que tuve: cuando yo cantaba, ella
cantaba conmigo… A ti te lo cuento, nadie lo creer í a”.
Carta a su cuñada 16 de Enero de 1873, en CELIA GUERIN,
Cartas a mi Familia, Monte Carmelo, Burgos, 2000, p. 177.
Lucio del Burgo