Voz del Papa
El Papa y el día de las madres
José Martínez Colín
1) Para saber
Coincidiendo con el día de las madres de estos días, el Papa
Francisco quiso tratar sobre la belleza del matrimonio cristiano.
Recordó que no se trata simplemente de una ceremonia que se
hace en la Iglesia, con las flores, el vestido, la foto… El matrimonio
cristiano es mucho más, es un sacramento que tiene lugar en la
Iglesia y que hace a la Iglesia, dando comienzo a una nueva
comunidad familiar.
Seguramente con el beneplácito de las esposas, el Papa se
dirigió especialmente a los esposos y, les recordó que San Pablo
pide al marido que ame a su esposa “como al propio cuerpo”; que la
ame “como Cristo am￳ a la Iglesia y se entreg￳ por ella”. Por ello,
dirigiéndose a ellos, les pregunt￳: “¿Pero ustedes maridos que están
aquí presentes, entienden esto? Amar a la propia mujer como Cristo
ama a la Iglesia. ¡Éstas no son bromas, es serio! El efecto de este
radicalismo de la dedicación pedida al hombre, por el amor y la
dignidad de la mujer, sobre el ejemplo de Cristo, debe haber sido
enorme en la misma comunidad cristiana”.
2) Para pensar
Se cuenta que una enfermera recibió en la clínica a un hombre
de cierta edad que necesitaba que le curaran una herida en la
mano. Tenía bastante prisa, y, mientras lo curaba, la enfermera le
preguntó qué era aquello tan urgente que tenía que hacer. El
hombre le contó que su mujer vivía desde hacía ya algún tiempo en
una residencia de ancianos, ya que tenía Alzheimer avanzado, y él
iba todas las mañanas a desayunar con ella.
Mientras le terminaba de vendar la herida, la enfermera le
preguntó: “¿Se alarmaría mucho su esposa si usted llega tarde esta
ma￱ana?”
“No -respondió el hombre-; mi mujer no sabe quién soy. Hace
cinco años que ya no me reconoce”.
La enfermera, algo extrañada, volvió a preguntar: “Entonces,
¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?”
El hombre sonrió y le dijo: “Ella no sabe quién soy yo, pero yo
todavía sé muy bien quién es ella”.
Como decía un autor: “es que el verdadero amor no se reduce
a lo físico o a lo romántico; el verdadero amor es la aceptación de
todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será... y de lo
que ya nunca podrá ser”.
3) Para vivir
El sacramento del matrimonio es un gran acto de fe y de
amor: muestra el coraje de vivir aquel amor que empuja a seguir
adelante. La vocación cristiana lleva a amar sin reservas y sin
medida: es lo que está en la base del libre consentimiento que
constituye el matrimonio. Por eso los esposos cristianos participan
en la misión de la Iglesia. El Papa comentó: “¡Se necesita coraje
para eso, eh! Por esto cuando yo saludo a los flamantes esposos,
digo: “¡He aquí los valerosos!” Porque se necesita coraje para
amarse así como Cristo ama a la Iglesia”.
El Papa invita a los matrimonios a interrogarse con seriedad:
¿aceptamos completamente, este vínculo indisoluble de la historia
de Cristo y de la Iglesia con la historia del matrimonio y de la familia
humana? ¿Estamos dispuestos a asumirnos seriamente esta
responsabilidad, es decir, que todo matrimonio va en el camino del
amor que Cristo tiene a la Iglesia? ¡Esto es grande! Es la ruta del
amor: se ama como ama Dios, para siempre.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra)
( articulosdog@gmail.com )