Blogs, ¿para crearse enemigos?
P. Fernando Pascual
28-2-2015
Internet ofrece espacios inéditos para el diálogo. Sobre cualquier tema y casi desde cualquier lugar del
mundo, es posible conversar en un blog, ofrecer ideas y escuchar a otros.
Ocurre, sin embargo, que muchas veces el blog (como también otros espacios de Internet) se convierte
en una palestra de lucha libre. En parte, porque existen personas que actúan para boicotear, que se
comportan como “trolls”. En parte, porque se producen extraños malentendidos. En parte, porque unos
u otros desean imponerse. En parte, por falta de educación y por manipulaciones más o menos graves.
Por eso sorprende, a veces da pena, ver cómo un blog se llena de insultos, de medias verdades, de
mentiras, de zancadillas por la espalda. Ocurre esto porque algunos de los participantes, o incluso
quienes moderan sus propios blogs, malinterpretan y tuercen lo dicho por otros, o actúan con artimañas
engañosas, o buscan ironías hirientes, o suponen intenciones escondidas en otros participantes.
En esos casos, el espectáculo resulta muy desagradable. Un lugar de encuentro y de diálogo se ha
convertido en motivo para la descalificación, el desprecio, el insulto y las manipulaciones. Es decir, el
blog está fracasando en uno de sus objetivos.
¿Resulta posible evitar esto? Si el blog no tiene una moderación equilibrada y firme, no. En cambio, si
el blog arranca con una clara idea de lo que se puede poner y lo que no, si sabe cercenar cualquier
intento de reventar un diálogo con maniobras mezquinas, será posible crear un cierto ámbito de
respeto.
Desde luego, eso no basta. Con finura también es posible enrarecer una conversación. Por eso resulta
importante que los participantes se esfuercen por tener perspicacia a la hora de leer e interpretar a otros,
y por ofrecer las propias ideas de modo claro y bien matizado.
Los blogs no deben ser espacios para crearse enemigos, sino ámbitos para expresar las propias ideas y
confrontarse con otros en vistas a avanzar hacia la verdad. Lo cual será posible solo desde actitudes de
apertura, respeto y honestidad, que tanto se agradecen en cualquier tipo de relaciones humanas.