RECUERDOS AQUELLOS DÍAS
Recuerdo aquellos días de mi infancia...
de ellos, viene a mi memoria:
Que el tiempo era para vivirse
que vivirlo era igual que saborear un rico manjar,
que las horas eran igual a tragos de una fresca y deliciosa bebida,
que el jugar y divertirse era lo normal de cada día,
que la madurez era algo que llegaba lentamente y se hacía concreto.
Cómo la fruta que se madura en la planta,
pero no como aquella que es cortada antes de tiempo.
Que las obligaciones era el fin de nuestra existencia,
que el respeto era lo normal y acrecentaba el valor cuando se aplicaba a los ancianos.
Que ser amado no era tan solo una palabra, era un hecho,
que papá y mamá vivían juntos, y ambos se desvivían por amarnos.
Que estudiar no era un castigo, sino simplemente nuestro deber de hijos,
que ser bueno no era algo extraordinario, sino era lo natural.
Que los días tenían igual cantidad de horas que los de hoy,
pero que teníamos menos cosas en que gastarlas,
que por eso compartir, leer, jugar, estudiar, bailar, el cine y vivir
cabían en las horas de un solo día, y ello era lo que nos hacia felices,
y que cuando éramos felices, no lo era por tener mucho, sino lo necesario.
Que también existía en aquellos días, el dolor y la angustia,
que tenían instalados el hambre y muchas veces la tristeza,
pero que, en cada caso cuando nos tocaba vivir esas situaciones,
la falta de egoísmo y la presencia del amor, trocaba lo malo en bueno.
En aquellos días, yo vivía feliz.
En estos días, intento vivir feliz.
Quiera Dios que mañana no añore ser feliz.
lorenzo 26/02/2002