El tema del aborto en el camino sinodal sobre la familia
P. Fernando Pascual
13-1-2015
El aborto destruye la vida de millones de hijos y hiere en lo más íntimo el corazón de millones
de madres y de padres. Su influjo en las familias y en la sociedad es incalculable. ¿Qué atención
ocupa el aborto en el camino que la Iglesia católica está recorriendo al reflexionar sobre la
familia en dos sínodos de los obispos, uno extraordinario ya realizado y otro ordinario por
realizar?
Para responder, vamos a fijarnos en los siguientes textos: el documento preparatorio en vistas al
sínodo extraordinario de los obispos dedicado al tema “Los desafíos pastorales de la familia en
el contexto de la evangelización” y publicado en noviembre de 2013; el primer “Instrumentum
laboris” (junio de 2014); las relaciones anterior e intermedia (de trabajo) hechas públicas durante
el sínodo extraordinario (octubre de 2014); las relaciones de los círculos menores; la relación
final del mismo sínodo de 2014; y los “Lineamenta” y el cuestionario preparados en vistas al
sínodo ordinario de octubre de 2015.
1. El documento preparatorio para el sínodo extraordinario de 2014, publicado en noviembre de
2013, no incluye en ningún momento la palabra “aborto”. En la sección I (“El Sínodo: familia y
evangelización”) se presentan algunas “problemáticas inéditas” con una larga enumeración de
fenómenos (parejas de hecho, familias monoparentales, maternidad subrogada, entre otros), pero
sin aludir a la amplísima difusión del aborto.
Si dirigimos la mirada hacia la sección III, un cuestionario que tenía como fin ayudar en la
preparación del sínodo, en el punto 7 se recogen 6 preguntas “sobre la apertura de los cónyuges
a la vida”. La última pregunta es la siguiente: “f) ¿Cómo se puede promover una mentalidad más
abierta a la natalidad? ¿Cómo se puede favorecerse el aumento de los nacimientos?”. Como se
ve, tampoco esta sección alude directamente al aborto, a pesar de estar dedicada al tema de la
natalidad.
2. El “Instrumentum laboris” en vistas al sínodo extraordinario lleva como fecha el 26 de junio
de 2014. Según se indica en la presentación, el texto “nace de las respuestas al cuestionario del
Documento Preparatorio”, y se divide en tres partes. La palabra “aborto” aparece en varios
momentos. En la primera parte, capítulo III (“Evangelio de la familia y ley natural”), leemos lo
siguiente:
“También la noción de «derechos humanos» se ve generalmente como una referencia a la
autodeterminación del sujeto, no anclada en la idea de ley natural. Al respecto, muchos observan
que los sistemas legislativos de numerosos países se encuentran con que tienen que reglamentar
situaciones contrarias al dictado tradicional de la ley natural (por ejemplo, la fecundación in
vitro, las uniones homosexuales, la manipulación de embriones humanos, el aborto, etc.)” (n.
23).
En la segunda parte, capítulo II (“Los desafíos pastorales de la familia”), vuelve a tocarse
explícitamente el tema del aborto. En la mitad del n. 65 encontramos estas observaciones:
“Muchos episcopados subrayan con gran preocupación la enorme difusión de la práctica del
aborto. La cultura dominante en numerosos aspectos promueve una cultura de muerte respecto a
la vida naciente. Nos encontramos ante una cultura de la indiferencia frente a la vida” (n. 65).
La tercera parte, capítulo I (“Los desafíos pastorales acerca de la apertura a la vida”), alude en el
n. 129 a la praxis sacramental y un importante fenómeno que se observa entre los fieles. Por una
parte, se constata cómo muchas parejas no consideran que sea pecado el uso de anticonceptivos;
por otra, “se subraya que permanece íntegra entre los fieles la conciencia del aborto como
pecado extremamente grave, siempre materia de confesión”.
Los dos números siguientes (nn. 130-131), sin mencionar explícitamente el aborto, hablan de la
necesidad de promover una “mentalidad abierta a la vida”, al mismo tiempo que denuncian la
existencia de políticas contrarias a la natalidad.
Resulta patente, en esta fase del camino sinodal (junio de 2014), una clara atención al tema del
aborto, precisamente desde las respuestas y aportaciones enviadas por los episcopados
(“muchos”, según dice explícitamente el n. 65) a la secretaría del sínodo.
3. Al inicio del Sínodo extraordinario vio la luz la “relatio ante disceptationem” (6 de octubre de
2014), en la que sólo se ofrece una breve alusión al tema que estamos analizando.
En la sección 2, al hablar de las “Dificultades internas de la familia y presiones externas”,
encontramos el siguiente texto:
“Por último, no hay que subestimar la importancia de la generalizada mentalidad egoísta que se
cierra a la vida, con el preocupante crecimiento de la práctica abortiva”.
4. El 13 de octubre de 2014 se dio a conocer la “relatio post disceptationem”, que, sin ser un
documento oficial del sínodo (se trataría de un resumen de las intervenciones en el aula sinodal),
tuvo una amplia difusión fuera del aula sinodal y generó no pocos debates por algunas de las
afirmaciones allí recogidas.
En este texto la palabra aborto y sus derivados brillan por su ausencia. La sección dedicada a
“La trasmisión de la vida y el desafío de la disminución de la natalidad” (parte III, nn. 53-55)
alude a factores económicos que han contribuido “a la fuerte caída de la natalidad que debilita el
tejido social” (n. 53), pero sin ninguna referencia explícita al aborto difundido en tantas
sociedades modernas, también en aquellas en las que un gran número de personas se declara
católica.
5. El 16 de octubre de 2014, la oficina de prensa de la Santa Sede publicó las relaciones de los
círculos menores según idiomas: 2 en francés, 3 en inglés, 3 en italiano y 2 en español. Estas
relaciones no aparecen en la sección que la página del Vaticano (www.vatican.va) tiene para el
Sínodo, sino en una página del Boletín de la Santa Sede (http://press.vatican.va); es decir,
simplemente como una noticia y no como un documento.
Muchas de esas relaciones comentan, en positivo y en negativo, la “relatio post disceptationem”
hecha pública el día 13 de octubre, y ofrecen propuestas en vistas a la elaboración de un
documento conclusivo del sínodo.
La lectura de estas 10 relaciones evidencia una presencia directa del tema del aborto sólo en los
dos grupos (A y B) de lengua española.
El grupo A, moderado por el cardenal mexicano Francisco Robles Ortega, al comentar el n. 5 de
la “relatio post disceptationem” que habla de los cambios antropológico y cultural, pide que se
hagan evidente algunos efectos negativos de la crisis de fe que “ha llevado al aumento de
uniones libres, matrimonios ad experimentum , divorcios y un cerrarse a la vida con el
crecimiento de la práctica abortiva”. De este modo, es señalado explícitamente el aumento de los
abortos como un serio problema.
El grupo B, moderado por el cardenal español Lluís Martínez Sistach, aprobó por consenso,
entre otros, el siguiente párrafo:
“Consideramos que faltaron en el mismo énfasis sobre temas importantes como el aborto, los
atentados contra la vida, el amplio fenómeno de la adopción, las decisiones en conciencia de los
esposos, así como una mayor claridad sobre el tema de la homosexualidad”.
6. La relación final (“relatio synodi”) que fue aprobada en casi todos sus números el 18 de
octubre de 2014 y publicada íntegramente (también en aquellos números que no alcanzaron el
quórum necesario), no incluye en ningún momento la palabra “aborto” o algún derivado de la
misma, a pesar de lo indicado tanto en el “Instrumentum laboris” como en las peticiones de los
dos círculos menores de lengua española.
Entre las ideas de este documento, algunas pueden ser relacionadas con el problema del aborto.
En el n. 6 se alude a la crisis demográfica y a “la fatiga a la hora de acoger la vida naciente”.
Un poco más adelante, en el n. 10, leemos: “Asimismo, el descenso demográfico, debido a una
mentalidad antinatalista y promovido por las políticas mundiales de salud reproductiva, no sólo
determina una situación en la cual el sucederse de las generaciones ya no está asegurado, sino
que se corre el riesgo de que con el tiempo lleve a un empobrecimiento económico y a una
pérdida de esperanza en el futuro”.
En la tercera parte, una sección con tres números (nn. 57-59) tiene como título “La transmisión
de la vida y el desafío de la disminución de la natalidad”. En la misma se indica que algunos
“factores de orden económico ejercen un peso a veces determinante, contribuyendo a la fuerte
disminución de la natalidad que debilita el tejido social, compromete la relación entre las
generaciones y hace más incierta la mirada sobre el futuro” (n. 57). Como se ve, no se aborda
explícitamente el tema del aborto, a pesar de que era el mejor contexto para hacerlo.
7. Llegamos al último documento, publicado el 9 de diciembre de 2014, en vistas a la XIV
Asamblea general ordinaria del sínodo de los obispos, prevista para octubre de 2015. Se trata de
los “Lineamenta”, en los que se recoge la relación final del sínodo extraordinario que acabamos
de presentar, y que van acompañados de un cuestionario. Este documento es el “Instrumentum
laboris” para el sínodo de 2015.
En el cuestionario, organizado según las secciones de la “relatio synodi”, hay cuatro preguntas
relativas a los nn. 57-59 de la misma “relatio”. La última pregunta, la 44, dice así: “¿Cómo lucha
la Iglesia contra la plaga del aborto, promoviendo una cultura de la vida eficaz?”
Algunas conclusiones
El tema del aborto no podía quedar olvidado en la reflexión de la Iglesia sobre los problemas
familiares de nuestro tiempo y sobre el modo de iluminarlos a la luz del Evangelio de la vida, un
evangelio defendido desde las primeras comunidades cristianas (basta con recordar la famosa
“Carta a Diogneto”) hasta nuestros días. De modo especial, la encíclica “Evangelium vitae”,
publicada por san Juan Pablo II en 1995, se convierte en un punto de referencia irrenunciable
para un tema clave en el mundo contemporáneo.
Hasta ahora, el camino sinodal se ha caracterizado por momentos de mayor atención hacia el
tema del aborto, y otros momentos con un extraño silencio acerca del mismo. De modo especial,
las intervenciones de los episcopados (“muchos”, como indicamos en su momento) antes de
junio de 2014, y las propuestas aprobadas por dos grupos idiomáticos de padres sinodales en
octubre de 2014, han dado realce al tema. Otros textos, elaborados por la comisión preparatoria
o en algunas fases del sínodo extraordinario de 2014, no prestaron la necesaria atención al drama
del aborto, que tanto incide en la vida de las familias y de toda la humanidad.
En este camino, salta a la vista cómo el documento que dedicó un mayor realce al aborto fue el
“Instrumentum laboris” de junio de 2014, es decir, el que más tuvo presente las aportaciones de
“muchos” episcopados del mundo.
Tener en mente las observaciones de ese documento preparatorio, junto con tantas otras
enseñanzas e indicaciones del Magisterio en las últimas décadas sobre el tema del aborto y sobre
los gravísimos daños que provoca en las personas y en las familias, ayudará a conseguir, en el
sínodo ordinario sobre la familia que se tendrá en octubre de 2015, reflexiones fecundas e
indicaciones operativas con las que será posible promover una auténtica y rica cultura de la vida
según el Evangelio de Jesucristo recogido y conservado durante siglos por la Iglesia católica.