Basta ya de tanta hipocresía
Ángel Gutiérrez Sanz ( Catedrático de Filosofía)
La reciente manifestación en Paris con motivo de los atentados terroristas merece cuando
menos una serena reflexión. Comenzaré manifestando mi repulsa contra semejante barbarie,
perpetrada por fanáticos deshumanizados, que dicen pertenecer al Islán, cuando en realidad lo
que han hecho sólo es propio de terroristas y nada más. Para muchos millones de personas en
el mundo, el islamismo es otra cosa bien distinta y preciso es reconocerlo así, porque con
frecuencia en Occidente las cosas se confunden y lo mismo que no se puede decir que todos
los vascos son terroristas, sería también injusto decir que terroristas son todos los islamistas.
Por este camino de acusaciones injustas, no creo yo que se vayan a arreglarán las cosas, ya
que el odio no engendra más que odio.
Con mi rechazo a este atentado terrorista estoy diciendo también, que lamento lo sucedido a
unos periodistas ideologizados, que la magia falaz de un lenguaje políticamente interesado
está tratando de convertir en mártires de la libertad de expresión. Rezo por todos, para que
Aquel de quien tanto se mofaron, se haya compadecido de ellos y les haya perdonado. Dicho
esto en previsión de mal- entendidos, he de añadir algo más. La manifestación de Paris no me
convenció y de haber estado allí, no hubiera asistido, porque aparte de indecente me pareció
una farsa . Indecente porque en ella se condenó lo condenable sí, pero también se defendió lo
indefendible. Resulta escandaloso salir a la calle para decir “Charlie Hebdo soy yo”. Si Europa
grita esto, yo que no quiero ser Charlie Hebdo, y en esta ocasión, al menos, tampoco quisiera
ser europeo.
Tengo para mi, que defendiendo a este tipo de publicación basura, no se defiende ni la
libertad, ni tampoco los derechos humanos. Periódicos blasfemos e irrespetuosos que tan
sólo sirven para provocar de forma irresponsable a los demás y alimentar odios, sin medir las
consecuencias, lo mejor que podían hacer es desaparecer. Excede los límites de lo permisible,
que alguien se arrogue el derecho a burlarse del sentimiento religioso, porque con ello se está
faltando el respeto a millones de personas decentes, que nada han hecho para ser ultrajadas.
Hay que tener en cuenta que los ataques blasfemos procedentes de este periódico, no iban
sólo dirigidos contra el islamismo, también contra la cultura cristiana en la que está ubicado y a
la que tanto tiene que agradecer . En países sensatos como Irlanda y Finlandia la blasfemia no
es una forma de libertad de expresión, es simple y llanamente un delito, como durante mucho
tiempo lo fue en España hasta 1988, por eso lo de Europa gritando por las calles de Paris “ Je
suis Chalie” resulta ser un espectáculo bochornoso. Yo te pregunto, Europa, ¿Que es lo que
pretendes cuando tratas de amparar a un pasquín como Charlie Hebdo que ha dado sobradas
muestras de no tener el menor respeto por la libertad religiosa de los demás? o ¿ es que
piensas que la libertad religiosa es solamente para los que no creen en nada? ¿ Qué tolerancia
defiendes , Europa, identificándote con quienes de forma insultante se mostraron intolerantes
para con los demás?
Yo no tengo ninguna simpatía por el terrorismo Yihadistas, ni por ningún otro tipo de
terrorismo, los condenaré siempre a todos, tampoco haré acepción de personas con referencia
las victimas, porque las víctimas siempre son las victimas; pero a lo que parece, esto no todos
lo entienden así. ¡Que, pena que París la capital de Europa haya tenido que esperar hasta que
fueran asesinados unos periodistas de izquierda, para levantar la voz en contra del terrorismo!
. ¡ Que pena que en Paris no se hubieran oído gritos de condena contra el terrorismo cuando
durante años Eta no dejaba de matar en España a guardias civiles, víctimas inocentes o niños y
tenía en Francia su Cuartel General! ¡ Que pena que centenares de cristianos sirios o
nigerianos hayan sido y sigan siendo degollados o quemados, sin piedad por el terrorismo, en
tanto que la Sociedad Internacional guarda vergonzante silencio, sin que a nadie se le haya
ocurrido poner el grito en el cielo! No deja de ser conmovedora la presencia en Paris de algún
dirigente político, clamando contra los terroristas, cuando en su propio país campean por las
calles. Da la impresión de que hay terroristas buenos y terroristas malos, víctimas inocentes y
víctimas que se lo tenían merecido. Por eso digo que la manifestación histórica contra el
terrorismo del 11 de Enero me parece una farsa.