El romance
Rebeca Reynaud
¿Cuál es el problema número uno de los adolescentes? el romance, el afán de ser
amados.
Los adolescentes y los adultos jóvenes quieren saber qué es el amor pero están
perdidos en un mar de desinformación. Se plantean: ¿qué quiero?, ¿cómo lo
consigo?, ¿cómo manejar la presión de mis amigos?, ¿qué es lo normal?, ¿qué es
anormal?
Muchos jóvenes son buenos estudiantes y populares entre sus amigos, muchos son
buenos deportistas o artistas, sin embargo, tropiezan en este terreno. Y se
preguntan: ¿cuáles son las consecuencias de tener relaciones sexuales?, o ¿son
sólo para divertirse? ¿Y el romance? Y allí es donde se encuentran desorientados,
donde abundan las lágrimas, la angustia y los lamentos: “Si hubiera sabido...”.
Con frecuencia uno piensa: Estos chicos tienen padres amorosos y bien dispuestos,
pero … ¿d￳nde están?
Muchos jóvenes no saben lo que significa una “conducta en riego”, la “abstinencia”,
la “actividad sexual”. ¿A qué conductas se refieren esos términos? La respuesta es
compleja. Cada conversación sobre la sexualidad debe clarificar esos temas.
Es necesario hacer un llamado a padres y abuelos para que hablen con sus hijos y
nietos del amor limpio, de qué es y qué no es la sexualidad. Los jóvenes están
siendo bombardeados por mensajes peligrosos sobre la sexualidad. Hay que darles
información basada en la ciencia y el sentido común. Los jóvenes necesitan saber la
verdad biológica que, al ser natural, necesariamente está en armonía con la moral.
La doctora en Psiquiatría, Miriam Grossman, especializada en niños y adolescentes
cuenta que a su consultorio llegan jóvenes, se sientan y abren el corazón: Fui
drogada y raptada. Tengo sida. Duermo con el novio de mi mejor amiga. Mi novia
abort￳. Quiero morir… Esta psiquiatra lleva treinta a￱os escuchando confidencias de
jóvenes, y señala que el problema principal es que los jóvenes no tienen claro lo
que es el amor verdadero, lo que los vuelve personas desprotegidas . Advierte
que vienen problemas mayores ya que ahora los medios de comunicación y el cine,
les quieren mostrar que el sadismo, el dolor y la humillación son parte del
erotismo; les quieren mostrar que las mujeres quieren un varón controlador que
intimida y reta, cuando eso no es verdad; pero los adolescentes pueden dudar por
su misma vulnerabilidad. Si este mundo fuera mejor, no oirían esas mentiras, pero
hay que contar con que este es el mundo en que vivimos.
Si hay un interés real en ellos, se va a buscar la ocasión de conversar una y otra
vez, y así se les podrán aclarar elementos controvertidos. Para que no sean
manipulados hay que leer junto con ellos algún artículo o ver alguna película y
analizarla, oyendo sus puntos de vista.
La cultura popular afirma que el enamoramiento es un estado extático en el que
tendemos a ver en el ser amado todas las virtudes y perfecciones posibles, es decir,
la encarnación del ideal. El enamoramiento es algo inicial; es el anzuelo que
conduce al amor.
En la Edad Media se hablaba del “amor loco”. Estar enamorado es volverse un tonto
feliz, es perder por completo el sentido crítico y disfrutar del embeleso que supone
observar y escuchar al ser amado. Parecería el estado ideal para cualquiera –y en
cierto modo lo es-, sólo que tiene un inconveniente: El enamoramiento termina. La
vida se vuelve entonces una dura caída desde la nube en que se andaba para
terminar estrellándose en la realidad. Se descubre que esa persona a la que se
había idealizado es tan imperfecta como cualquier otra, y no es capaz de hacer
tantas cosas como esperábamos. A veces es necia, egoísta, vanidosa, poco
educada... Es, en otras palabras, es limitada, es humana.
El error está en hacer del amado un absoluto ; creer que una persona puede dar lo
infinito – que es lo que anhelamos -. Queremos el amor, la belleza y la verdad
infinitas, y eso ningún ser humano lo va a agotar. No hay personas perfectas: Si se
ama a alguien, se le ama con todo y defectos, aunque siempre se le trate de ayudar
y de mejorar; se le ama con sus arranques de mal humor, con sus faltas de
ortografía o con sus despistes.
No hay una asignatura que enseñe a amar; a ello se aprende en la familia y en la
vida social. ¿Cómo es la familia de la persona que amo? Esa respuesta nos lleva a
conocer parte de la intimidad de una persona.
El sentirse atraído físicamente hacia alguien del sexo opuesto, no es sino el primer
paso que se ha de vivir para llegar a conocer el verdadero amor, pero fincar una
relación en este hecho, es como querer construir una casa sobre arenas movedizas .
La idealización que el enamorado hace de la persona amada es una trampa que él
mismo se tiende. Y no hay quien experimente en cabeza ajena. El filósofo francés,
Jacques Maritain, decía: “La educaci￳n debería de ense￱arnos a estar siempre
enamorados y de qué nos hemos de enamorar”.
Las personas son lo más interesante con lo que uno se encuentra; sin embargo, es
difícil conocerlas a fondo, por eso hay que meter la inteligencia antes de poner el
corazón.
A un joven que aún no ha caído, o que se quiere levantar, se le puede decir: La
buena noticia es que todo está en tus manos. Puedes evitar unirte a los pacientes
que acuden a los hospitales o a terapias psiquiátricas si sabes el camino correcto y
lo sigues. Ojalá nunca tengas que decir: “Si hubiera sabido…”.