¿Respetar todos los puntos de vista?
P. Fernando Pascual
La frase aparece con frecuencia: “hay que respetar todos los puntos de vista”. También de
quienes ven las cosas de un modo muy diferente al nuestro. Ante la misma, resulta necesario
ofrecer una breve reflexión crítica.
Es justo abrirse a perspectivas diferentes ante la realidad. Una situación política no puede ser
comprendida sólo desde lo que digan los de la derecha o los de la izquierda, el periódico más
vendido o un blogger ingenioso, los comentarios del vecino o las ironías que leemos en
Facebook.
Es importante, además, relativizar el propio punto de vista en los muchos límites que uno lleva
consigo (y que los demás también tienen). Porque lo que yo puedo saber sobre esta guerra o
sobre el cierre de una fábrica es muy insuficiente, y necesito informaciones verídicas que me
ayuden en el esfuerzo por comprender lo que pasa.
Pero la frase encierra aspectos problemáticos. Porque algunos puntos de vista reflejan
distorsiones más o menos graves de la realidad. Porque hay grupos de poder que lanzan ideas y
que pagan a periodistas para que digan lo que a ellos les interesa. Porque las personas
particulares, por más honestas que sean, no escapan a errores y prejuicios que les llevan a
afirmaciones que no sólo van contra la verdad, sino también, en no pocos casos, contra la
justicia.
Por eso no es posible respetar “todos” (es importante la palabra: todos) los puntos de vista que
aparecen sobre cualquier tema. Unos serán interesantes, incluso cuando contengan errores.
Otros servirán de estímulo para pensar, aunque tengan una información insuficiente. Pero otros
no merecen ningún respeto porque simplemente buscan manipular, engañar, agredir con
palabras a inocentes.
¿Respetar todos los puntos de vista? No. Respetar sólo aquellos puntos de vista que nazcan de
corazones buenos y que ayuden en el camino hacia la verdad. Una verdad que no es posesión
exclusiva de nadie, sino una meta que anhelamos. Una verdad hacia la que se dirigen todos
aquellos que saben dejar de lado mentiras y pasiones engañosas para reflexionar seriamente
acerca de los muchos temas importantes que promueven la belleza, el bien y la justicia en la
existencia humana.