Enseña con la vida
P. Adolfo Güémez, L.C.
Todo padre de familia tiene una preocupación apremiante: la correcta educación de sus
hijos.
Unos buscan adelantarse a los acontecimientos que surgen durante el crecimiento natural de
sus hijos. Otros padres simplemente responden a lo que va pasando en su desarrollo. Pero
todos quisieran tener un instructivo que les dijera cómo formar a sus hijos.
La realidad es que no existen fórmulas mágicas, aunque sí muchos consejos que nos
aseguran poder formarlos mejor.
Hace un tiempo se volvió viral un video titulado «Children See. Children Do.» (Los niños
ven. Los niños hacen.) En él podemos ver a padres de familia con comportamientos
violentos o viciosos, y, detrás de cada uno, a su hijo haciendo exactamente lo mismo.
Fumando, peleando, gritando, bebiendo…
Las palabras que le dirijas a tu hijo podrán ser muy necesarias. Pero se quedarán mudas si
no van sostenidas también con el ejemplo.
Los niños son capaces de ver más allá de una frase bonita. Son examinadores natos, y no
tendrán misericordia para juzgar nuestras incoherencias.
Por eso la primera clave de la educación de un niño es el testimonio de papá y mamá. Es de
él, de dónde el niño aprenderá más rápidamente cómo ser persona.
Esto conlleva una auto exigencia muy profunda: un padre de familia, en el minuto en que se
convirti￳ en tal, perdi￳ el “derecho” a dar mal ejemplo a sus hijos. Porque todo lo que haga
será asimilado por ellos.
Y mucha atención: a veces pensamos que mientras sean bebés, o tengan apenas unos años,
no serán capaces de captar nada. ¡Todo lo contrario! Es justo en esos primeros años donde
formarán más profundamente su personalidad. No dejes que se mallugue innecesariamente.
El video termina con una escena donde un padre ayuda a recoger una bolsa de mandado que
una señora ha tirado. Detrás de él, también, está un niño haciendo lo mismo, ayudando.
Benedicto XVI, acerca de este, decía que los ni￱os, «en una “época de turbulencia”, con
frecuencia no encuentran guías morales adecuados en el mundo de los adultos, en
detrimento serio de su desarrollo intelectual y espiritual». En tu familia esos guías los han
de encontrar principalmente en ti y en tu cónyuge.
Tus hijos absorberán todo lo que hagas. Trabaja por darles buenos ejemplos.
Es verdad que no eres el padre ideal. Pero también es cierto que cada día puedes ser mejor.
Es ahí donde has de poner el foco.
Errores, caídas, equivocaciones, todos los tenemos. Sin embargo, disponemos igualmente
de una gran capacidad para levantarnos y superarnos.
Ante tu hijo no tienes que ser perfecto. Tienes que ser un luchador. Que él sepa que cada
vez que te caes, pondrás todo lo que sea necesario para levantarte. Que tenga la convicción
de que su padre podrá tener errores, pero asimismo será siempre lo suficientemente humilde
como para reconocerlos y salir adelante.
Este tema es interminable. Y lamentablemente el espacio que tengo es limitado. Por eso
quiero invitarte a continuar esta conversación el martes 9 de septiembre, a las 20:30 en el
Auditorio Morelos, donde el P. Pedro Castañera Ribé, L.C. nos ofrecerá una conferencia
titulada «Mi hijo soy yo».
En ella podremos seguir descubriendo aquellas áreas de oportunidad para crecer y seguir
construyendo una familia más unida y unos hijos más coherentes.
Termino con otra cita de nuestro querido Benedicto XVI: «En la edad del crecimiento, los
jóvenes necesitan adultos capaces de proponer sus principios y valores; advierten la
necesidad de personas que sepan enseñar con la vida, antes que con las palabras, a gastarse
por altos ideales».
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