LA HERMOSA AVENTURA DE SER FAMILIA 1
La Conferencia Episcopal de Chile, en Declaración del Comité Permanente, reflexiona
sobre la vida y la familia. A continuación transcribo algunas de sus afirmaciones por ser
de gran calado y por la belleza y verdad con que están expuestas.
Nuestra humanidad se encuentra en un cambio de época, conlleva esperanzas y temores
y nos lleva a preguntarnos por los fundamentos de nuestras vidas y opciones. Este
discernimiento, necesario para realidades como las nuevas formas de comunicación, los
modelos sociales y económicos, es aún más necesario para realidades esenciales, como
son la vida humana y la familia. Pues la vida y la familia son nuestro tesoro y
comprometen nuestra manera de existir, de amar y de servir.
Tratan “el aborto terapéutico”, “el acuerdo de vida en pareja” y “las uniones
homosexuales” llamadas por algunos “matrimonio igualitario”.
El derecho a la vida humana es el primero de los derechos humanos, que debe ser
respetado y defendido siempre, desde la concepción hasta la muerte natural.
El niño engendrado en el vientre de la madre es una vida humana y, por tanto, acreedor
del primero de los derechos humanos: que sea respetado y cuidado.
Una mamá, que desgraciadamente aborta, muchas veces presionada por terceros, suele
llevar un peso atroz el resto de su vida, al haber puesto fin a la gestación del hijo en sus
entrañas. Y lejos de condenarla, queremos ayudarla y apoyarla.
Hablan del evangelio del matrimonio y de la familia. Y sobre la labor educativa, más el
trabajo de padres y madres, con esa triple función de la mujer, que es mamá, esposa y
trabajadora. Se trata de una realidad que no escapa a la bendición de Dios
No condenamos, pero sí promovemos la estabilidad matrimonial y echamos de menos
leyes que faciliten y apoyen la vida de familia. Se necesitan leyes laborales y
educacionales al servicio de esta hermosa aventura de ser familia.
Las uniones de hecho no pueden equipararse jurídicamente con la unión estable e
indisoluble de un hombre y una mujer para formar su familia y enfrentar juntos toda la
vida, el matrimonio, que es institución que merece todo el apoyo y la protección del
Estado, pues origina la célula básica de la sociedad.
Sobre la unión entre personas del mismo sexo, sería superficial hablar de “matrimonio
igualitario” simplemente porque no lo es. No lo es porque no es unión entre un hombre
y una mujer y no tiene la estabilidad propia del matrimonio que, en la enseñanza bíblica,
posee dos notas características e inseparables: su aspecto unitivo (hombre y mujer) y su
vocación a la procreación.
Pero ser una persona con tendencia homosexual no es un castigo de Dios, como muchos
equivocadamente piensan. Y muchos perdones tenemos que pedir como sociedad por
haberlos discriminado injustamente.
Sobre las familias “perfectas” que nos propone una propaganda falaz y consumista, el
modelo es la Sagrada Familia, que es familia solidaria con todos los dramas que debe
enfrentar una vocación familiar.
Y, por último, se nos invita a orar por el Sínodo de Obispos convocado por Francisco
porque en la familia, patrimonio vivo de la humanidad, se fragua el futuro de nuestra
humanidad.
Rosa Corazón
Matrimonio y Nulidades Matrimoniales
Doctora en Derecho, con Doctorado Europeo
1 Zenit [ZS140722]
1
Tesis: La Afinidad. En: http://www.ucm.es/BUCM/tesis/der/ucm-t30020.pdf y
en btcamw
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