TODO UN PERSONAJE
No sé su nombre.
Simplemente lo conozco por su sobrenombre.
Un apodo que posee desde sus años jóvenes donde se desempeñaba como jugador
de fútbol.
Dicen que era un muy buen jugador en su puesto y, por ello, su apelativo.
Es uno de esos muchos que no tienen nombre y apellido sino, simplemente, un
apodo.
Ha pasado ya mucho tiempo de cuando supo ganarse el mote que hoy lo identifica.
Hoy, es característico, verle por las calles de la ciudad con su moto tirando de un
carrito donde va amontonando los cosas que puede juntar.
Por lo general junta envases de plástico y cartones.
Estaciona su pequeña moto y va en busca de algo que le pueda ser de utilidad para
una futura venta.
Una de las cosas que más despiertan mi atención es lo pobre de su visión.
Recorre los lugares más movido por la costumbre que por lo que puede ir viendo.
Su mano extendida le hace de paragolpe.
Siempre realiza el mismo recorrido ya que lo conoce de memoria.
Hoy me decía que no conoce muchas de las calles de la ciudad y mucho menos por
los nombres actuales.
Le observé llegar a un determinado lugar y…….
No faltaban quienes le gritaban su apodo y él respondía, como suele hacerlo
siempre, con su “¡Ídolo!” a modo de respuesta.
Pensé era su forma de saludar siempre y hoy me he convencido de que ello
responde al simple hecho de no saber quien es quien le saluda.
Así va transcurriendo su jornada.
Del barrio donde vive al centro donde acopia esos materiales que luego transforma
en unos pesos con los que vive.
Sin duda que es todo un personaje puesto que no se puede no reconocer lo mucho
de sus esfuerzos por sobrevivir.
No ha de ser de esas personas que cambiaran el hoy por su actividad o por su
aporte al desarrollo humano.
Podrán decirme que su vida está marcada por alguna de sus imitantes.
Nadie podrá decirle que, pese a sus limitaciones, no hace algo por su hoy.
Con lluvia y mojado realiza sus recorridos habituales.
Con frío o con intenso calor trepa a su vieja moto para ir cargando su carro, tan
viejo como la moto, en sus lugares frecuentes.
Podría………. y tal cosa es, tan sólo, una utopía ya que es como es y lo que hoy es.
Generalmente, cuando vemos a un personaje como él, estamos lejos de mirarles
correctamente.
Una mirada correcta está basada en el respeto y la escucha.
Respeto por lo que es, por como es y por lo que hace.
Jamás podemos tener todos los elementos necesarios como para emitir, sobre ellos,
un juicio y, en cambio, es lo primero que realizamos.
No quiero realizar una “apología de la miseria” ya que ella no es otra cosa que una
bofetada que los hombres dan a Dios.
Jamás podremos entender completamente esa suma de elementos que llevan a que
una persona viva en las condiciones que vive.
Tampoco profundizamos mucho las condicionantes que uno puede haber tenido
como para llevar un estilo de vida que no podemos entender debidamente.
Si profundizamos mucho podemos encontrarnos con una cierta cuota de
responsabilidad de nuestra parte que permite que en nuestro entramado social se
encuentres seres como el que me ocupa en este artículo.
Escucha puesto que siempre poseen algo para enseñarnos.
Escucha puesto que a golpes con la vida han ido aprendiendo y de ello podemos
aprender mucho.
Creo que mucho más importante que lo que podemos enseñarles es todo ese
bagaje de vida que ellos poseen como para ayudarnos.
Es así como estos personajes se nos transforman en, como dice el de este artículo,
“¡¡¡Genio!!!”
Padre Martín Ponce de León SDB