Ante una especie de globalización de la indiferencia
En su reciente exhortación apostólica sobre la alegría del Evangelio, que cada día
cobra más actualidad, el Papa Francisco denunciaba sin paliativos la “nueva
idolatría del dinero” que niega la primacía del ser humano, al tiempo que
desarrolla una especie de globalización de la indiferencia. Podría pensarse que la
adoración de este nuevo becerro de oro es practicada, sobre todo, por
financieros sin escrúpulos que tan solo piensan en acumular riqueza para
conservarla en paraísos fiscales, sin ninguna inversión productiva que beneficie
el empleo ni la producción de nuevas fuentes de desarrollo. Por desgracia, esta
idolatría surgida de la cultura del nihilismo, no es privativa de grupos de
especuladores financieros, sino que abarca a amplios sectores de la sociedad e,
incluso, a las instituciones dedicadas específicamente a ayudar a los
desempleados, principales víctimas de la crisis económica que padecemos.
Jesús Domingo Martínez