“Abrid los ojos y no quedaros con los brazos cruzados”
Un día de la Semana Santa el Santo Padre recibió un mensaje de parte de unos
trabajadores de la empresa Lucchini de la ciudad italiana de Piombino, enviado
antes del cierre de este alto horno.
El papa Francisco afirmó en la audiencia general siguiente, que este mensaje le
conmovió verdaderamente y que le dejó triste. “Queridos trabajadores, queridos
hermanos, en vuestros rostros se dibujaba una profunda tristeza y preocupación
de padres de familia que piden solo su derecho a trabajar, vivir con dignidad y
poder cuidar, alimentar y educar a los propios hijos”. El Santo Padre les aseguró
su cercanía y oración. El Papa invitó a no desanimarse: “El Papa está junto a
vosotros y reza por vosotros para que cuando se apaguen las esperanzas
humanas permanezca siempre encendida la esperanza divina que no decepciona
nunca”. Asimismo les ha “abrazado fraternamente”.
A todos los responsables les pidió que cumplan “todo esfuerzo de creatividad y
generosidad para reencender la esperanza en los corazones de estos nuestros
hermanos, en el corazón de todas las personas desempleadas por causa del
derroche y de la crisis económica”. A continuación el Santo Padre alzó su voz
para pedirles “¡por favor, abrid los ojos y no os quedéis de brazos cruzados!”
Jesús Domingo Martínez