Mártires: ¿podemos olvidarnos de las ideas?
P. Fernando Pascual
1-3-2014
Aquí y allá aparece la propuesta de analizar el tema de los mártires dejando de lado las ideas de
unos y otros. ¿Es correcto este modo de considerar el drama del martirio?
Un mártir cree en Cristo y en su Iglesia, hasta el punto de estar dispuesto a dar la propia vida por
su fe. Un verdugo que asesina al mártir piensa de un modo muy diferente y quiere terminar con
ciertas creencias a través de la muerte de sus defensores.
Se hace entonces evidente que en todo martirio luchan ideas contrapuestas. Por un lado, la idea
católica; por otro, ideas totalitarias o violentas de diverso tipo.
Dejar de lado las ideas de unos y otros a la hora de presentar la vida y la muerte de los mártires
es, por lo tanto, erróneo y parcial. Porque los comportamientos de cualquier ser humano maduro
siguen sus principios más íntimos, están relacionados de modo indisoluble con sus ideas y
convicciones.
Por eso hay que tener siempre ante nuestros ojos qué pensaban unos y otros, qué buscaban, qué
temían, qué esperaban. Sólo así se hará más evidente cómo las ideas y creencias de unos estaban
asociadas a la violencia asesina que culminó con la muerte de hombres y mujeres rechazados
simplemente por pensar según la fe católica. Y cómo las ideas y creencias de otros eran tan
fuertes que les permitieron soportar una muerte injusta, y les llevaron a ofrecer, a ejemplo de
Cristo, el perdón a sus verdugos.