UNA NUEVA OPORTUNIDAD QUE DIOS NOS DA
Ángel Gutiérrez Sanz. ( Autor del libro FIELES A NUESTRO DESTINO)
Los comienzos de año vienen acompañados de buenos propósitos que seguramente no se van a
cumplir. “A￱o Nuevo vida nueva” se dice, para luego quedar todo en aguas de borrajas, nacen y
se renuevan los sueños que se irán apagando poco a poco con el paso de los días ; pero aún así
mientras se mantengan vivas las ilusiones, nos servirán de estímulo para seguir caminando y
liberarnos del tedio y la rutina en que viene envuelta nuestra cotidianidad. Nada más irreal que
las ensoñaciones llamadas a desvanecerse ; pero también, como decía Azorin, nada mas real y
práctico porque vienen a ayudarnos a superar el prosaísmo de nuestra pobre existencia poniendo
un poco de sal y de pimienta en nuestra vulgaridad. Cada Año -Nuevo viene inmerso en una
magia especial como lo está la noche de Reyes para los niños o la que precede al gordo de
Navidad para el jugador de loterías. Cada Nuevo -Año viene envuelto en un misterioso embalaje
que hay que ir desembalando con mimo, como se hace con los regalos primorosamente
empapelados, para luego, al final, caer en la cuenta de que todos vienen cortados por el mismo
rasero y traen la misma marca de fábrica. Cada año está hecho de momentos agradables y
desagradables que se van entremezclando, sin que nada sea definitivo y tal vez sea esto lo que
convierta la vida humana en una aventura apasionante. A ninguno año le falta su primavera, su
verano, su otoño e invierno y cuando el ciclo haya pasado, habremos de comenzar otra vez
como si de una ruleta se tratara. Y es que la cuestión no esta en el tiempo que fluye, “tempus
inexorabile volat” sino en los espíritus que son los que tienen que traducirle en vida y
permanencia. Al final lo que cuenta no es el tiempo que pasa como la corriente de un río, sino lo
que nos dej￳ a su paso. “Somos lo que hemos hecho” nos dicen los fil￳sofos de la historia, somos
lo que nos ha quedado después de haber pasado el tiempo.
El Año que comienza será lo que tú mismo decidas que sea. Será próspero en la medida que tú te
empeñes en que lo sea. La suerte, eso que todos nos deseamos cuando estrenamos el calendario
no es una “rara avis”, como a veces no lo imaginamos, que viene de lejanas tierras para
depositarse sobre nuestras cabezas de forma fortuita, la suerte, en la mayoría de los casos, es
para quien tenazmente la ha buscado, una recompensa que tarde o temprano viene a decantarse
del lado de quienes han trabajado duro para merecerla. Pasarse toda la vida esperando que nos
toque el gordo o nos caiga del cielo el remedio a nuestros males , no deja de ser una temeridad.
Podemos estar seguros que este año , que acabamos de comenzar, vendrá cargado, como todos
los demás de venturas y desventuras, y nada podemos hacer por evitarlo, lo que si que depende
de nosotros es la disposición con que hayamos de enfrentarnos a los acontecimientos,
enriqueciéndonos o empobreciéndonos según la actitud positiva o negativa que adoptemos.
Sabiendo que de todo lo que pueda sucedernos, de lo bueno , de lo malo o de lo regular podemos
extraer oportunas y útiles aplicaciones para la vida. El tiempo no deja de ser un mero escenario
de los acontecimientos, un accidente que nos ha puesto en la existencia y será también el que
nos saque de ella, un accidente en el largo proceso que todos necesitamos para llegar a ser
personas que es lo sustancial. En nosotros está el saber o no saber aprovecharlo y esto en
realidad debiera preocuparnos más de lo que nos preocupa.
Se nos brinda la ocasión de escribir un nuevo capítulo de nuestra vida. Dios nos da una
oportunidad más de enderezar los renglones torcidos. Todo está dispuesto, unas hojas en blanco
nos están esperando para verter en ellas los sentimientos más elevados , los pensamientos más
sublimes, lo mejor que llevamos dentro o por el contrario para emborronarlo todo. Existe
también la posibilidad de no escribir nada en ellas. Ésta es sin duda una de las tentaciones más
peligrosas que nos ha traído la cultura del ocio , actualmente vigente Dejar pasar el tiempo sin
hacer nada,. Matar el tiempo como vulgarmente se dice, debería estar penado como se pena
cualquier otro delito. Cada minuto perdido lo será ya para siempre, podrán venir otros , pero el
que se fue ya nunca lo podré recuperar. He de confesar que por más esfuerzos que hago no he
llegado a comprender a las personas, que por cierto, cada vez son más, que van diciendo por ahí
que tienen ganas de jubilarse para no hacer nada. Confieso que no lo entiendo. Será que yo me he
convertido en un avaro del tiempo y cuido cada instante de mi vida como el tesoro más preciado
y es que ¿ acaso no loes? Dicen que todas las cosas tienen un precio. Mentira. Que alguien trate
de alargar un minuto a la existencia que Dios le ha regalado y se dará cuenta que no hay dinero
suficiente en el mundo para satisfacer tal propósito. A quien sí entiendo es a Kazanzaki , ese
hombre que salía a la calle a mendigar a cada esquina un poco de tiempo a quines lo iban
malgastando, un cuarto de hora , unos minutos , lo que fuera, para alargar su vida y poder
convertir así en realidad sus proyectos que de otra forma quedarían inacabados.
Feliz y venturoso Año- Nuevo, no deja de ser un bonito deseo, claro que sí, pero ¿ que voy a
hacer yo para que esto sea así ? ¿ cuales son mis planes para que no resulte un año perdido?. Por
que de lo que se trata no es de ir sumando años, unos tras otros hasta llegar a conformar un taco
voluminoso que no quepa en las estanterías, como bien se dice, no es cuestión de suministrar
años a la vida , sino vida a los años. O dicho de otra manera de lo que se trata es de vivir para
mejorar e irnos superando. Un año más para intentar ser feliz con lo que se tiene, haciendo valer
las satisfacciones que se vayan presentando, las únicas que pueden abrirme la puerta a esa
pequeña felicidad hecha a mi medida