La defensa de la vida es uno de los rasgos
El Juramento de Hipócrates data del siglo V A.C. y el derecho a la vida desde la
concepción es un pilar básico de cualquier sociedad que se quiera llamar civilizada.
Lo específico del creyente cristiano es la convicción de que la vida es un don de
Dios, que nos ha creado a su misma imagen y semejanza. Esa certeza mueve a
millones de cristianos a promover la cultura de la vida asistiendo a las mujeres
embarazadas con problemas o ayudando a las que han abortado a sanar sus
heridas físicas y especialmente psicológicas. En otros momentos de la Historia, la
Iglesia destacó por su labor en la promoción de la mujer o por el acceso universal a
la educación. A comienzos del siglo XXI, la defensa de la vida es, sin duda, uno de
los rasgos que mejor definen su misión profética en el mundo.
Jesús Domingo Martínez