Dignidad humana y trabajo
“Tom￳, pues, el Se￱or Dios al hombre y le dej￳ en al jardín de Edén,
para que lo labrase y cuidase” Gen 2:15
Decía Juan Pablo II en la Encíclica Laborem Exercens que el trabajo no sólo
es “un bien «útil» o «para disfrutar», sino un bien «digno», es decir, que
corresponde a la dignidad del hombre, un bien que expresa esta dignidad y
la aumenta. Queriendo precisar mejor el significado ético del trabajo, se
debe tener presente ante todo esta verdad.
El trabajo es un bien del hombre —es un bien de su humanidad—, porque
mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola
a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es
más, en un cierto sentido «se hace más hombre».
De la misma manera, en una entrevista concedida en 2009 por Monseño
Jorge Bergoglio a los periodistas Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti , el
Santo Padre Francisco nos recuerdaba que “el trabajo abre la puerta de
realismo y constituye un claro mandato de Dios: Crezcan ,multiplíquense y
dominen la tierra…O sea, sean se￱ores de la tierra: trabajen”.
Es más, recordó cómo y dónde empezaron sus primeros pasos en el mundo
laboral:
“Le agradezco tanto a mi padre que me haya mandado a trabajar. El trabajo
fue una de las cosas que mejor me hizo en la vida y, particularmente, en el
laboratorio aprendí lo bueno y lo malo de toda tarea humana”.
Y ante la insistente interpelación de los periodistas ante su experiencia con
la gente desocupada a lo largo de su vida laboral, el Santo Padre añadía:
“Son gente que no se siente persona. Y que, por más que sus familias y sus
amigos los ayuden, quieren trabajar, quieren ganarse el pan con el sudor de
su frente. Es que, en última instancia, el trabajo unge de dignidad a una
persona. La unción de dignidad no la otorga ni el abolengo, ni la formación
familiar, ni la educación. La dignidad como tal sólo viene por el trabajo.
Comemos lo que ganamos, mantenemos a nuestra familia con lo que
ganamos. No interesa si es mucho o es poco. Si es más, mejor. Podemos
tener una fortuna, pero si no trabajamos, la dignidad se viene abajo”.
Por lo tanto, sería bueno recordar a nuestros gobiernos, que el trabajo, no
solo configura la personalidad de un pueblo, ni transforma la sociedad. Es
mucho más. Sin trabajo la persona “se viene abajo”, se siente maltrecho,
las ayudas sociales le humillan, el tiempo vacío de actividad le recome,… y
esto contamina su dignidad. Es más, muchos se sienten frustrados,
parásitos de la sociedad, pues el hombre ha nacido para trabajar y, por
tanto, el trabajo es indispensable para el hombre.
Oración a San Judas Tadeo para encontrar trabajo
San Judas Tadeo,
intercesor en todo problema difícil,
consígueme un trabajo en que me realice como humano
y que a mi familia no le falte lo suficiente
en ningún aspecto de la vida.
Que lo conserve a pesar de las circunstancias y personas adversas.
Que en él progrese, mejorando siempre mi calidad y gozando de salud y
fuerzas.
Y que día a día trate de ser útil a cuantos me rodean.
Asocio tu intercesión a la Sagrada Familia,
de la cual eres pariente y prometo difundir tu devoción
como expresión de mi gratitud a tus favores.
Amén.
Remedios Falaguera