La misericordia de un general
Adviento: tiempo de esperanza
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
El Papa Francisco, al empezar el tiempo de Adviento, afirmó
que este tiempo nos devuelve el horizonte de la esperanza, fundada
en la Palabra de Dios, “una esperanza que no decepciona porque
está fundada en la Palabra de Dios. ¡Una esperanza que no
decepciona sencillamente porque el Señor no decepciona jamás! Él
es fiel, Él no decepciona. ¡Pensemos y sintamos esta belleza!”.
La navidad que esperamos nos hace considerar el amor
misericordioso de Dios que nos envía a su Hijo para salvarnos.
2) Para pensar
Cuenta el famoso escritor Víctor Hugo una anécdota que le
sucedió a su padre, quien era general del ejército francés. Después
de una dura batalla que tuvo Francia contra España, cabalgaba por
el campo que estaba cubierto de cadáveres. Iba acompañado de un
fiel ayudante. De pronto oyeron un quejido que venía de lejos. Se
acercaron y descubrieron que había un soldado enemigo que estaba
muy herido. Se detuvieron cerca, y oyeron que el soldado les
suplicaba en espa￱ol: “¡Tengo sed!...¡Agua!, ¡Agua!”. El general
francés le ordenó a su ayudante que le diera unos tragos de una
botella de ron que traían. Así lo hizo su ayudante y mientras le daba
de beber, de pronto, el herido se incorporó, y con la rapidez de un
relámpago sacó una pistola que tenía guardada y disparó contra el
general. El proyectil alcanzó el gorro del general, sin tocarle la
cabeza. El gorro cayó al suelo y el caballo se encabritó. El ayudante
pudo derribar y desarmar al soldado enemigo y sólo esperaba la
orden del general para ejecutarlo. Sin embargo, el general, sin
perder la calma le orden￳ a su oficial: “Sigue dándole de beber”.
La anécdota nos muestra la magnanimidad de ese general. No
importa el daño que le hubieran querido hacer, él perdonó y siguió
ayudando a su enemigo. Algo semejante, aunque de un modo
infinito mayor, sucede entre Dios y nosotros. Aunque muchas veces
ofendemos a Dios, Él sigue perdonándonos. El hombre pecó, pero
Dios nos envía a su Hijo a fin de que seamos perdonados.
3) Para vivir
Este tiempo de preparación nos hemos de llenar de esperanza
en un Dios misericordioso. Y, dice el Papa, el modelo de esa actitud
es la Virgen María: “¡Una sencilla muchacha de pueblo, que lleva en
su corazón toda la esperanza de Dios! En su seno, la esperanza de
Dios ha tomado carne, se ha hecho hombre, se ha hecho historia:
Jesucristo. Su Magníficat es el cántico del Pueblo de Dios en camino,
y de todos los hombres y las mujeres que esperan en Dios, en el
poder de su misericordia”.
Saber que Dios es infinitamente misericordioso nos ha de
llevar a nunca desconfiar de Él. Al contrario, habremos de acudir
siempre que lo necesitemos, sobre todo al Sacramento del Perdón.
Dios está dispuesto a perdonarnos todo e, incluso, está deseoso de
hacerlo. Pero habiéndonos hecho libres, no nos obliga a hacerlo.
Espera que lo hagamos libre y amorosamente.
Por último, el Santo Padre pidió que nos dejemos guiar por la
Virgen, “que es Madre, es mamá, y sabe c￳mo guiarnos. Dejémonos
guiar por Ella en este tiempo de espera y de vigilancia activa”.
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