Solo queda quien dice “yo quiero”
Solo con leyes y políticas no se crea el humus moral de una sociedad capaz de
erradicar la violencia, especialmente la violencia doméstica, de “género” la llaman.
Para caminar de manera sostenida hacia formas más humanas de convivencia
hacen falta fuertes motivaciones éticas prejurídicas y prepolíticas, especialmente –
por su eficacia transformadora de la conciencia- las de raíz religiosa, como hasta
Habermas reconoció ante Ratzinger. A las leyes y políticas justas les corresponde
reforzar ese sustrato moral previo que ellas no pueden crear por sí mismas.
Como escribió C.S. Lewis, si todos nos reímos de quien dice “esto es justo”, solo
queda quien dice “yo quiero”. Es decir, si despreciamos la objetividad de la verdad
moral sobre el hombre, solo queda el voluntarismo descarnado del poder individual
o colectivo, el “yo quiero” como única regla de conducta. Así no acabaremos ni con
la llamada “violencia de género” ni con ninguna otra forma de explotación.
Jesús Domingo Martínez