Ser testigos alegres y esperanzados
En estos días, que los medios nos han informado con gran amplitud de la “Gran
Recogida” de alimentos llevada a cabo por los Bancos de Alimentos, me parece
importante recordar unas frases que sobre el voluntariado y la entrega nos decía
Francisco I. En primer lugar, el Papa nos ha invitado a abrir el corazón a la novedad
de Dios, que no se parece en nada a las novedades mundanas. En segundo término
nos ha recordado que hay que tener muy presente la Cruz, el camino no está
exento de dificultades, ni de tribulaciones, y en última instancia nos ha animado a
permanecer estables en esa senda, firmes en la fe, arraigados en Cristo para que
sea Él quien nos dé la fuerza y el valor de caminar contracorriente. Solo desde este
exigente recorrido seremos capaces de experimentar la conversión y la
transformación personal que se requieren para afrontar cualquier tarea de
renovación social. Es un camino gozoso, pero hace bien el Papa en recordarnos que
es necesario poner en juego la vida entera y ser testigos alegres y esperanzados,
sal y luz de un mundo que por desgracia se está acostumbrando a vivir en la
tristeza y la desesperanza.
Jesús Domingo Martínez