Defender la vida con el argumento adecuado
La vida se defiende con buenos argumentos y uno de los mejores lo da la vida
misma. Por eso los rescatadores de mujeres que se acercan a las clínicas abortistas
han decidido dejar que la vida hable por sí misma.
Y esa voz del niño que está por nacer se escucha con claridad meridiana a través de
las ecografías. La vida que se abre camino tiene un latido distinto del de la madre.
Es un sonido que impresiona y demuestra que hay allí una persona diferente de la
madre. Llegados a ese punto es más fácil pasar al siguiente argumento: esa
persona diferente de la madre merece un trato tan digno como el de la madre.
Pero a veces no basta. Y miles de personas por todo el mundo dedican sus ratos de
oración a los no nacidos y a sus madres. Es otro argumento de peso. Todas esas
oraciones destinadas para tal fin, todos esos rosarios desgranados a la puerta de
los abortorios, se suman a las ecografías que los provida están sacando a las calles.
La medida no es baladí. Resulta que una de las prácticas más habituales en estas
clínicas de la muerte consiste en impedir que las madres que quieren acabar con
sus hijos escuchen el latido de su corazón o vean su imagen en el monitor de las
ecografías. Y justo con este argumento ha salido a la calle LifeChoice en Denver.
Una buena id
Jesús Domingo Martínez