Responder ante un drama tan difícil como el aborto
En nuestros días, hay grupos de interés de tipo geopolítico, eugenésico, medio
ambiental extremo, económicos, etc. que desean reducir la población del mundo,
pues culpan a la superpoblación de los males sociales. Para conseguir sus fines
utilizan diferentes medios, uno de esos medios es la promoción del aborto, pero eso
lo hacen de una manera sofisticada utilizando términos como la interrupción
voluntaria del embarazo, interrupción legal del embarazo, alegando derechos
humanos para que la mujer pueda decidir sobre su cuerpo, etc. Recientemente las
Naciones Unidas han publicado que el uso de los anticonceptivos, especialmente los
conocidos como del día después, es un derecho humano. Algunos van más allá,
hace unos pocos días uno de estos se atrevía a proponer que el aborto fuera
obligatorio.
La población tiene el derecho de conocer este engaño porque además del crimen de
matar seres humanos inocentes e indefensos puede haber serias consecuencias
físicas, psíquicas o espirituales en las personas que abortan y también en personas
de su entorno.
Para tratar de aliviar esas consecuencias, la Iglesia Católica en diferentes partes del
mundo está llevando a cabo el proyecto de sanación post aborto conocido como
Proyecto Raquel. Pero también hay programas de servicios preventivos para que las
mujeres no utilicen el aborto como una salida fácil a un problema de embarazo
porque las consecuencias pueden ser serias.
Jesús Domingo Martínez