Parejas que deciden no casarse
El vertiginoso aumento del número de rupturas en España habla por sí solo, pero
resulta más llamativo al constatar que cada vez son menos las parejas que deciden
casarse.
Algo falla cuando la población en edad de poder contraer matrimonio aumenta un
4% pero, sin embargo, decrece el número de personas casadas y se incrementa de
forma alarmante el número de rupturas. El presidente del IPF es claro al respecto y
se￱ala que “todos estos datos no hacen más que demostrar una y otra vez el
rotundo fracaso de la Ley de divorcio exprés”, que “ha resultado ser claramente
desacertada”, por lo que urge al Gobierno espa￱ol a su “derogaci￳n”.
Pero el aumento en el número de rupturas familiares no puede deberse sólo a leyes
tan nefastas como la del divorcio exprés. El presidente del IPF vuelve a recordar
que otra de las principales causas para este descenso de la población casada y el
aumento de la divorciada es claramente “la falta de ayudas a la familia”, y más en
una coyuntura de crisis como la actual. Según Hertfelder, esta ausencia de ayudas
a la familia “está provocando la disminuci￳n del número de matrimonios y, por
ende, de la poblaci￳n casada”. Un ejemplo lo vale todo: las ayudas a las familias
con hijo a cargo ascienden a la irrisoria cuantía de 24,25 euros al mes, llevan
congeladas desde el año 2000 y, en la práctica, sólo pueden acogerse a ellas una
de cada diez familias, ya que es requisito obligatorio que los ingresos familiares no
superen los 11.555 euros al año.
Levadura para la sociedad
El anterior fin de semana, el Papa Francisco tuvo un encuentro en Roma con miles
de familias llegadas desde todos los rincones del mundo como peregrinos del Año
de la fe a la tumba de San Pedro. Aún en medio de las dificultades objetivas, hoy es
posible vivir la alegría de la fe. Es la falta de amor, como ha recordado el Papa, lo
que de verdad pesa y es Cristo el que acoge y alivia a todos los que acuden a él,
cansados y oprimidos. Con la confianza en la fidelidad de Dios, todo se enfrenta, sin
miedo, y con responsabilidad. Los esposos cristianos no son ingenuos, conocen los
problemas y peligr os de la vida. Pero no tienen miedo de asumir la propia
responsabilidad delante de Dios y de la sociedad. Sin huir ni aislarse, sin renunciar
a la misión de formar una familia y traer al mundo hijos. Es la levadura para la
sociedad
Jesús Domingo Martínez