Todos los Santos o Halloween
Nuestra cultura, la cristiana claro está, celebra el primer día de noviembre la fiesta
de Todos los Santos, es decir los que ya no están en la tierra, pero estamos
seguros de que están en el cielo aunque no estén canonizados, y al día siguiente, el
2 de noviembre, el Día de los Difuntos, o los que nos han precedido en este viaje al
más allá, estén o no en el cielo, pero como lógicamente de ellos no sabemos si
están en el cielo o condenados, celebramos todos los que están en espera de gozar
de Dios, son los que están en el purgatorio. Recuerdo que en muchas zonas, en mi
pueblo lo era, se decía y era tradición que las almas de los difuntos podían venir de
nuevo a la tierra la noche del 1 al 2 de noviembre. Está noche era noche de rezar y
de esperar la aparición de fantasmas, ya sean de la familia o no, noche de
esqueletos, cementerios... y hasta de un cierto miedo entre los más pequeños.
Pues bien, la cultura anglosajona, tal vez basándose en tradiciones irlandesas o
apoderándose de esta tradición, la ha americanizado. Es el Halloween. La calabaza
quiere significar la calavera y los niños, con la calabaza, van por las casas,
simulando los difuntos que aparecen en las familias. Aquí, además de introducir una
costumbre americanizada y paganizada, la hemos entronizado como el original,
cuando, en realidad, es una copia, mucho más vulgar, de la nuestra con un origen
cristiano.
Jesús Domingo Martínez