LAS COSAS CLARAS Y EL CHOCOLATE…SIN TIEMPO (3)
Paradojas de la vida. Nunca en pasadas épocas de la vida hubo tal número de
personas sin trabajo, paradas, ocupadas en no hacer nada y por contraste “sin
tiempo para nada”.
La gente se mueve agitada, queriendo llegar a muchos sitios, pero semejan burros
de norias que caminan y caminan con anteojeras, dando vueltas y más vueltas
sobre el mismo sitio, sin avanzar un paso. Cabría aplicarles aquellos versos del
poeta Argensola, que dicen: “Tantas idas y venidas; tantas vueltas y revueltas,
quiero, amigo que me digas:¿Son de alguna utilidad?”. Porque de esto en definitiva
se trata. Tantas prisas, tanta agitación, tanto vivir sin vivir. ¿Por qué y para qué?.
Quien anda fuera de camino, por muchas vueltas que dé y por mucho tiempo que
emplee, nunca llegará a la meta. La escusa más generalizada de la gente, si se les
propone algo para salir de su rutina, es: “No tengo tiempo”. No hay tiempo para
Dios, para orar, para escuchar su Palabra; no hay tiempo para ayudar al próximo
necesitado; no hay tiempo para el estudio, lectura y formación…Sí que lo hay para
lo que gusta y apetece; para perderlo en fruslerías, para gastarlo en evasiones
prescindibles.. Lo malo de todo es que no hay tiempo para volver al tiempo pasado
ni recuperar el tiempo perdido. Amigo lector: ¿Estás tú a tiempo?. No mal-gastes tu
tiempo, que la vida no se recupera.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTÍN