¿Salen noticias desde Facebook?
P. Fernando Pascual
15-6-2013
Un instrumento puede tener diversos usos, algunos apropiados, otros curiosos, quizá incluso
extraños.
Facebook, como tantas otras realidades en Internet, también recibe usos variados, incluso el de
convertirse en fuente de noticias. ¿Cómo ocurre eso?
El uso “normal”, el que más caracteriza a esta red social, es el de permitir un modo ágil de
relacionarse con muchas personas más o menos conocidas.
En pocos segundos un usuario puede decir qué hace, cómo se encuentra, qué piensa, qué acaba de
encontrar en otros lugares de Internet. Al mismo tiempo, puede recibir decenas de informaciones de
sus “amigos” y conocidos (también de desconocidos y de páginas que uno “sigue”). De esta
manera, está al tanto de lo que ocurre a otros.
Existen, además, otros posibles usos de Facebook. Hay quien lo emplea como si fuera un blog: para
poner noticias o reflexiones personales que puedan leer sus “seguidores”. Otros lo usan para hacer
publicidad. Otros como una especie de agencia informativa para dar a conocer lo que hace un
partido político, una empresa o una universidad. Otros para agrupar a los aficionados (hinchas) de
un equipo de fútbol o de un cantante de moda.
Los usos, por lo tanto, son numerosos y dependen de la iniciativa personal y de las posibilidades
abiertas por el instrumento. Entre esos usos, también es posible uno sobre el que vale la pena
reflexionar un momento: convertir Facebook en una fuente de noticias.
Uno pensaría que para eso existen las agencias informativas. Pero como muchos contenidos en
Facebook son públicos, y como en Facebook hay personas que de repente se convierten en
protagonistas de una noticia, la página ofrece datos interesantes que pueden ser usados por
periodistas y por otros amantes de datos novedosos.
Pensemos, por ejemplo, en una persona desconocida que un buen día hace un acto excepcional de
heroísmo. La prensa (local, nacional o internacional), da resonancia al hecho. Entonces, resulta fácil
que un periodista busque los datos de esa persona, aterrice en su página de Facebook, y obtenga de
la misma frases o ideas para describir al nuevo héroe, hasta ahora alguien casi desconocido.
En este tipo de usos no faltarán sorpresas. Lo que uno puso para sus familiares y amigos, muchas
veces sin haberlo sospecharlo, se ha convertido en un dato periodístico. Quizá si hubiera intuido
este posible uso, habría sido más prudente antes de publicar algo en su perfil (en el famoso “¿qué
estás pensando”?), o simplemente hubiera restringido el acceso de sus mensajes a un círculo más
estrecho de conocidos.
Muchos pensarán que eso no les va a ocurrir. La vida, en cambio, es mucho más sorprendente de lo
que imaginamos. Además, hay quienes rastrean entre las redes sociales (no sólo existe Facebook)
para entresacar de aquí y de allá informaciones que luego usan no siempre con fines positivos...
Por eso, ante noticias y datos que saltan desde Facebook a medios informativos nunca imaginados,
conviene aprender una sencilla ley de la prudencia: no poner aquello que pueda ser usado algún día
de modo no adecuado, ni por lo que respecta a uno mismo, ni por lo que se refiere a personas con
las que tenemos un trato más o menos cercano.
No se trata de miedo, sino de una simple faceta (la palabra se parece a Facebook) de esa virtud que
se llama prudencia. Una virtud que sirve también para Internet, y que ayuda a pensar bien lo que
uno va a publicar de forma que llegue solo a quienes, como familiares y amigos verdaderos, sabrán
hacer un buen uso de eso que les quiere compartir.