Pecado, Perdón y Misericordia de Dios
Carlos Vargas Vidal
vargasvidal@yahoo.com
PANAMA. La doctrina teológica de Dios es parte de la Teología Dogmática. Y no
deben confundirse con la teología natural ni la filosofía de la religión. O Doctrina
Filosófica de Dios. Lo que si debemos distinguir muy claramente es entre la
Revelación de Dios, cómo se nos revela ello por medio de la Iglesia (i.e., la
transmisión eclesiástica de lo divino) y los pensamientos nuestros al respecto de
Dios. Es decir, los tanteos y esfuerzos de la mente humana.
Siquiera no es posible explicar aquí claramente lo más atendible del concepto del
pecado bajo la experiencia cristiana. Mas sin embargo, hay cosas que no pueden ni
deben desligarse de otras aunque no sea posible abordarlas como debiera ser. Por
ejemplo, el sentido de la culpabilidad humana. Y nada más actual que ese
problema. Bergon dijo una vez que el remordimiento es una de las cosas más
antiguas de la humanidad. Ese remordimiento, ¡óigase bien!, es el que se quiere
hacer desaparecer. Disfrazándolo, entre otras cosas, de una moral sin pecado.
Pues bien, pecados hay y bastantes. Apuesto que no conocían al menos estos dos:
el religioso y el metafísico. Hortelano habla de ellos más profusamente. Yo tan solo
diré que el primero tiene que ver, sobre todo, con las jerarquías religiosas que
identifican la religiosidad con estar bien con todos los demás. El pecado de alguna
manera se quiere secularizar. Conocí varios ejemplos como misionero y catequista.
En lo metafísico la cosa es peor. Se afecta lo profundo del ser con eso del
agnosticismo y el vacío existencial que termina con depresiones sicológicas y hasta
suicidios, después de darle “muerte a Dios”.
No se trata de neurosis cristiana. Se trata que hemos dejado de confesar más a las
personas y exigido menos reparaciones apropiadas a sus faltas. Se trata de no
haberles conminado a una sincera contrición y determinante arrepentimiento de sus
culpas. Etc. Sean o no creyentes, nuestras enseñanzas todas, dentro y fuera de las
Iglesias, están creando un hombre engreído de una ’inocencia integral’.
Cuando pregunté: “¿Hasta dónde llega la misericordia de Dios? No es porque no lo
supiera. La Misericordia de Dios es infinita, ¡pero no es ciega! No hay que leer los
Salmos para saber y comprobar –como al menos lo han hecho los santos- que Dios
todo lo que quiere lo hace. ¡Pero nadie me habrá oír decir nunca que Dios se
contradice! Con esto me evito de darles ejemplos que provocan “nauseas
metafísicas”, cuando menos.
En Mateo 12:31, Jesús dijo: “ Todo pecado y blasfemia les será perdonado a
los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada” .
Por lo menos sabemos ya que –al menos- un pecado no es perdonado por Dios. El
único perdón que tiene sentido es el que exige que el perdonado intente cambiar de
verdad. Y ser mejor.
¡Credo, sed ádiuva incredulitátem meam!, Mc 9, 23. (Veritas Prima).