LA VIA DE LAS SENSACIONES
Reniego de los que llaman a las armas
en lugar de llamar a la calma.
Reniego de los que piden sangre
en lugar de pedir pan.
Reniego de los que convocan odio
en lugar de convocar al amor.
Reniego de los que gritan venganza
en lugar de reparar corazones.
Reniego de los que dividen
en lugar de clamar reconciliación.
Que las armas se callen.
Que la sangre se contenga.
Que los odios se enmudezcan.
Que la venganza se olvide.
Que las divisiones cesen.
Alabo a los que sufren
las injusticias y piden paz.
Alabo a los que con hambre
aún reparten lo poco que tienen.
Alabo a los que aman
al enemigo antes que al amigo.
Alabo a los que tienen clemencia
con los intransigentes.
Alabo a los que suman aciertos
y no restan tropiezos.
Pues al alabarles, les comprendemos.
Comprender es el principio de sentir.
Sentir lo que soy y pensar en lo que soy.
Concertar las palabras con la mente.
Expresar lo que sentimos
y sentir lo que expresamos.
Para que la paz nos sonría, sonríe.
Para que el amor nos ame, ama.
Para que la vida nos viva, vive.
Para que el mundo nos abrace, abraza.
Abracemos el corazón
antes que el cuerpo.
Vivamos el alma de las cosas.
Adentrémonos en el espíritu
que nos gobierna
y dejémonos gobernar por el sosiego.
Que cada batalla
es una destrucción interior.
Que cada guerra
es una pérdida del espíritu humano.
No hay victoria
cuando se pierde el corazón, sabedlo.
Alimentad el espíritu
con caminatas por el universo.
La fe en la poesía hace la vida.
Solamente una vida espiritual
merece un poema,
al igual que una vida ofrecida
a los demás,
es la única que merece ser rescatada.
Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
30 de marzo de 2013