Jesús lloró por todos
Este versículo de la Biblia me hace pensar tanto que
por sí solo es capaz de
conmoverme y dejarme comprender la humanidad de Cristo.
(
Juan
11:35) Junto con el misterio del
llanto de Jesús en Getsemaní
es el que más me
impresiona. (Mateo 26:39 y concomitantes)
Hubo muchas herejías al principio de la constitución del cristianismo, y
uno de los errores principales reposaba en la
apariencia del cuerpo de
Cristo.
Basado en bobadas y retorcimientos de la Escritura, los gnósticos y otros
trataron de desvirtuar la
realidad humana de Jesús.
Que Jesús no sabía
distinguir entre la belleza y lo feo es tontería. Hablaba Él de los lirios del campo y
de los pajarillos, etc.
El apóstol Juan tuvo que dejar claro que
Jesucristo había venido en
carne
y no era una ilusión de los discípulos. (1 Juan 4:2 y concomitantes). Jesús
como hombre participó en cada una de nuestras necesidades fisiológicas y comió y
bebió y todo lo demás que aflige a cualquier humano
.
Solo que sin
pecado:
(Hebreos 4:15)
En ese llora, suplicar, angustiarse, y sudar como gotas de sangre está la
realidad incontestable de un hombre (el verbo de Dios) que sufre y
se angustia
como cada cual de nosotros en trances semejantes.
Esa es la grandeza del
misterio de Cristo.
Él, anteriormente, conocía perfectamente lo que había de hacer en orden
a la
remisión de nuestros pecados
, y que a nosotros (pobres impotentes para
ello), nada nos quedaba que hacer sino
aceptar su sacrificio
como lo único posible
para ello.
Y así pudo decir el apóstol Pedro a los ciudadanos que veían los prodigios
que ellos hacían por causa de su fe en el Cristo:
Sepa, pues, con toda seguridad
toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis,
Dios le ha hecho Señor y Cristo.
(Hechos 2:36)
De ahí que no fue ciertamente algo que sucedió porque las circunstancias
lo procuraron, sino que las circunstancias fueron previstas por el Padre, para que
todo sucediera tal y
como su voluntad dispuso de antemano
para salvación de
todos los creyentes. Así dice
la Escritura
sobre la determinación de Dios sobre tales
sucesos:
Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba,
afirmó su rostro para ir a Jerusalén.
(Lucas 9:51 y anexos)
Para conocer el propósito de Dios en la experiencia de Pedro, ante las
gentes de todos los lugares que acudían al templo a adorar basta una corta reseña
de lo que predicó:
Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo.
Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús Nazareno, varón aprobado por Dios
entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros
por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por
el
determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios,
prendisteis y
matasteis por manos de inicuos, crucificándole;
Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era
imposible que fuese retenido por ella
.
(Actas 2:21 al 24 y concomitantes)
AMDG