ALGO MÁS QUE PALABRAS
MIRAR HACIA OTRO LADO
La humanidad no puede mirar hacia otro lado ante la gravedad de situaciones que
muchas personas soportan a diario. Una sociedad sin deberes pierde su función social y camina
a la deriva. Igual sucede con aquellos poderes que son incapaces de tutelar moralidad pública
alguna, porque sus propios líderes tienen comportamientos ilícitos, deshonestos,
deshumanizadores. Sin ética es difícil crear conciencia de nada. La corrupción que tantas
desigualdades genera es evitable. La misma violencia que tanto sufrimiento siembra es también
eludible. Sólo hace falta ser coherentes a unos principios solidarios y ejemplarizantes. El factor
moral en estos momentos deja mucho que desear en todos los ámbitos y en muchas naciones.
Habría que hacer algo por mejorar nuestra propia interdependencia de unos para con otros y
modelar otro futuro más hermanado, y, en consecuencia, también más justo.
Toda actividad humana transcurre dentro de la sociedad, sin que nadie pueda sustraerse
a su manera de pensar y ser. Es inútil retirar la mirada, sería como engañarse uno mismo. Hay
que mirar más hondo y ver cómo podemos cambiar este escenario, en ocasiones más salvaje que
humano. La práctica habitual de algunas instituciones de mirar hacia otro lado en temas de
derechos humanos no puede admitirse. Los retrocesos democráticos deberían preocuparnos (y
ocuparnos también) a todos. Hace falta construir un mundo diferente, en el que se refleje mejor
la compasión hacia el débil o el desprotegido. No se trata de enseñar herramientas para
sobrevivir a unos tiroteos, se trata de que esos tiroteos no se produzcan jamás. Y la manera de
que no se lleven a cabo es con un mayor control de las armas, fabricando cada día menos.
Realmente, la justicia se defiende con la razón y no necesita de artefacto alguno para imponer su
criterio.
Hace falta un salto humanizador que nos imprima esperanza. Tenemos que liberar
nuestras vidas de tantas inutilidades que nos ciegan. La verdad que tenemos mucha
contaminación que salvar, pero también hay realidades que merecen aplauso. La ciudad
eslovena de Maribor toma el testigo de Braga (Portugal) como Capital Europea de la Juventud
para el año 2013. Maribor se caracteriza por un innovador enfoque en el que los jóvenes están
involucrados de abajo arriba en cada paso de la planificación de las actividades y políticas. Para
los jóvenes del noreste asiático las prioridades de la agenda de desarrollo post 2015 incluyen
mejores oportunidades laborales, igualdad de género, una mayor conciencia medioambiental y
paz y seguridad. Me parece muy bien. Desde luego, además de lo anterior, pienso que tenemos
que apostar por un mundo libre de discriminación y una buena manera de caminar en la buena
dirección es garantizar el acceso universal a la educación. El día que los ciudadanos activen los
deseos de educar en valores, ampliando las ventanas por las cuales vemos al mundo, sin duda
habremos dado un paso fundamental. Evidentemente, uno tiene que implicarse y aplicarse para
convertirse en un buen ciudadano que es de lo que se trata.
La formación de la persona, a mi juicio, es el gran igualador de las condiciones
humanas al volante de la maquinaria social; una formación comprometida con el ser humano en
la búsqueda de un auténtico humanismo. Esto nos ayudará a ver los problemas desde otra
perspectiva más responsable. Al fin y al cabo, el precio de la grandeza de una civilización pasa
por su grado de compromiso. Tanto es así, que sin responsabilidad, tal vez no merezcamos ni
vivir. Por desgracia, hemos situado muchos poderes por encima de todo, los hemos divinizado,
y por ende, están fuera del alcance de su misión. Una convivencia basada únicamente en las
relaciones de poder está predestinada al fracaso. Necesitamos de una fuerza moral que nos
aliente los deseos del alma. Por lo tanto, la Organización de las Naciones Unidas cada día la veo
más imprescindible, para que cada ser humano, habite donde habite, pueda encontrar la
protección efectiva ciudadana.
Víctor Corcoba Herrero/ Escritor
corcoba@telefonica.net
9 de enero de 2013