FUTURO DE ESPAÑA
El futuro de España no queda claro, ni mucho menos, en su aspecto político, social,
territorial, económico, y religioso, tras el batacazo del señor Más y de CIU, en las
últimas elecciones catalanas. La situación sigue casi igual o peor que antes. La realidad
es que España sigue gravemente enferma, pese a la propaganda, a nuncio s y
promesas de los líderes políticos. Bueno sería traer a colación y reflexionar las palabras
del cardenal Cañizares, cuando dio su certero diagnóstico: "El futuro de España está en
la fe, no en la cultura de la nada, del vacío". Es decir, que con el abandono de la fe y sin
la vuelta a sus raíces cristianas, esta gran nación, no tiene futuro. Más claro agua.
Ningún otro valor para una familia, una sociedad, una nación más integrador que el de la
fe, cosa que al parecer ignoran gran parte de nuestros políticos. Frente a las corrientes
poderosas y disgregadoras del laicismo avasallador, del relativismo, de los
nacionalismos excluyentes, de los intereses partidistas y de los egoísmos de grupo, y
personales, ningún remedio mejor, que el de la fe cristiana. Esta, cuando es auténtica,
siempre compromete y arrastra a la solidaridad, al compartir, a mirar por los más pobres
y desfavorecidos, a la justicia y tiende a la consecución de metas e ideales comunes.
Los cristianos, aunque personalmente seamos poca cosa, sentimos el orgullo de seguir
al líder más grande e indiscutible de la humanidad, Jesucristo. El es el único que tiene
palabras de vida eterna y cuya vida, enseñanza y ejemplo jamás han defraudado a
nadie.
Si muchos se preguntan qué está pasando con esta noble y gran nación, llamada
España, para andar tan desnortada y tan degradada moralmente, la respuesta certera la
ha dado monseñor Cañizares: "El futuro de España está en la fe" y sin ella no habrá
futuro para nadie.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.