VASO DE CRISTO
A mí, que siendo barro me creaste
Hombre en la plenitud de tu ternura.
Me hiciste alborozar de tu hermosura,
Y aun siendo ruin, me coronaste.
Con penas y alegrías me migraste,
De sordo en tu palabra, a la frescura
De tu manto de amor, de la tortura
De andar sin tu presencia, me afirmaste.
Vaso de honor me concebiste, humano
Para gloria en tu buena voluntad,
Y hacer de ti alabanza, buen hermano.
Voy alegre hacia ti, ya torpe anciano,
Forjado en tu poder por tu piedad,
Con tus manos divinas de artesano.
Rafael Marañón