Los “enganchadores” o reclutadores
Martha Morales
El caso de Teresa es un ejemplo caro del modo de operar de estas mafias. Se
define “trata de personas” a la captación transporte, traslado y recepción de
personas, recurriendo a la amenaza, al uso de la fuerza, el engaño, el fraude o a la
situación de vulnerabilidad de la víctima con el fin de explotación sexual, laboral o
de otra índole, como la extracción de órganos.
Entre caso se volvió emblemático por la lucha de su madre por encontrarla. En la
búsqueda de su hija invirtió cinco años. Esta mujer llegó a infiltrarse en las mafias
como prostituta, ayudó a liberar a más de ciento cuarenta jóvenes y llegó a conocer
el funcionamiento interno de esta mafia. “Las tienen marcadas, no eligen a
cualquiera. Les pegan tanto… Les ponen el revolver, las queman con cigarrillos o
planchas, las violan, y así las van sometiendo. Pero eso es sólo el comienzo.
Después las maquillan, les tiñen el pelo, las hacen drogadictas y las obligan a
vender drogas al cliente”.
Una característica de estos “enganchadores”, cuando enamoran a la jovencita, es
su prisa porque la chica les resuelva si se va o ni con ellos. Presionan mucho a su
víctima para que resuelva pronto sin pensar mucho su decisión. De la prisa no salen
más que desatinos.
Algunos enganchadores trabajan en contacto con algunos taxistas, peluqueros o
vendedores ambulantes que se prestan a eso por dinero. El círculo se completa con
los padrotes o proxenetas, quienes consideran que esas mujeres son de su
propiedad.
Los padres de familia han de estar vigilantes y saber quienes son los amigos de sus
hijos, quienes entran a su casa, con quienes tienen contacto en la escuela, y deben
de hablar con ellos de los peligros que hay en la calle y en el correo electrónico.
Cuando una persona desconocida ofrezca facilidades para cursar estudios en el
extranjero, hay que estar atentos a que no se trate de un “enganchador (a)”.
Pocas jóvenes han oído hablar de este delito, por eso viven desprevenidas. Son
pocas las jóvenes rescatadas. Son escasas las denuncias. Es necesario contar con la
ley que tipifica este delito, basada en el Protocolo de Palermo.
La trata de blancas es un siniestro negocio de esclavitud sexual. Muchas víctimas
no denuncian porque están amenazadas o hay chantaje.
Hay organizaciones que se dedican a restaurar este tipo de víctimas y a promover
la denuncia (como www.fundacioncaminoacasa.org), pero lo mejor es advertir del
peligro a los hijos.
La trata de blancas es una consecuencia más de sacar a Dios de la vida personal
(de los reclutadores) y de la sociedad. Dostoyewski escribe en Los endemoniados:
“Cuando se repudia a Cristo, el espíritu humano puede llegar a los extremos más
inconcebibles”.
Todas las personas son importantes, todas tienen una gran dignidad, la dignidad de
los hijos de Dios, pero la mujer es punto focal para el desarrollo de la sociedad, por
eso, el representante de Togo ante la ONU dijo en la preconferencia de la Mujer: La
cuestión de la mujer es una cuestión de la humanidad.