El miedo nunca es buen consejero
En cuanto a la reforma del sistema educativo que aprobó la semana pasada el
Consejo Ministros nada dice de la asignatura de Religión, que continúa
discriminada; no se reconoce su valor fundamental y no se ajusta a los Acuerdos
entre la Santa Sede y España.
Es cierto que la reforma introduce el mérito y el esfuerzo personal de los
estudiantes como pilar de la educación, y que desaparece tras una larga lucha de la
sociedad la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Pero un sistema público
debe servir fielmente a los intereses de los ciudadanos y nunca debe permitir que la
ideología del gobierno de turno impida el libre ejercicio de los derechos de los
padres a la educación moral y religiosa de sus hijos en condiciones dignas.
Recordemos que la enseñanza religiosa es un derecho irrenunciable de los padres
que está claramente protegido por el Derecho Constitucional y supone una opción y
una oportunidad para la formación completa e integral de la persona.
Donde no hay religión no hay cultura ya que las culturas se fundan en las
religiones, por eso esperamos que haya una rectificación. Nunca es tarde para
rectificar y ser valientes en cumplir con las promesas electorales.
Elena Baeza Villena