CUMBRE DEL AMOR
I.- VIVIMOS
Vivimos por amor y del amor.
Por amor descubrimos los paisajes de la vida.
Por la vida caminamos con los sentimientos.
Sentimientos que nos hacen estar vivos.
Del amor venimos y al amor vamos.
El que nos damos cada día unos a otros.
El que nos servimos a diario en nuestro diario.
Con el que nos abrazamos, alma con almas.
Existimos y coexistimos por ese amor cautivo.
Somos el principio del verso y el final del poema.
El amor es lo único que vence y convence.
Que nadie desgaje sus pétalos de silencio.
Que nadie desgarre sus soledades.
Que nadie despedace, por despecho, su belleza.
Belleza es la pasión vertida en una mirada.
La ternura volcada en cada ser nos embellece.
Poesía es el amor con que se ama a las cosas.
Como amamos, yacemos y nos erguimos.
II.- MORIMOS
Cuando somos, vivimos; al morir ya no somos.
Entre el ser y el no ser, el Creador está ahí.
Ahí, conduciéndome, a pesar de mi insignificancia.
Ahí, guardándome, a pesar de mis debilidades.
Ahí como memoria del tiempo y en silencio.
Ha sido la respuesta a nuestros interrogantes,
la conciencia visible y la evidencia invisible,
la realidad y la mística por la que hemos vivido.
Su eternidad me enternece, su libertad me estremece,
su amor siempre nos libera y nos redime.
Quien a Dios lleva, de paz se llena y de luz se crece.
Él estará por siempre porque vive contigo hasta el fin.
Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
23 de septiembre de 2012