Enésima reforma educativa ¿será la definitiva?
El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes el anteproyecto de ley de reforma
educativa, que pretende acabar con los males tan negativos que han producido en
el fracaso escolar y en el abandono educativo temprano.
Hace más de treinta años
que la expresión «fracaso escolar» forma parte de la discusión pública y académica
española.
Las leyes de educación que han estado vigentes en España han estado inspiradas
por una concepción de la enseñanza que ha producido efectos muy negativos.
Últimamente por ejemplo la imposición de una moral de Estado a través de la
asignatura Educación para la Ciudadanía, que finalmente desaparece tras una larga
lucha de la sociedad civil a favor de la libertad. Aunque no le ha faltado tiempo
al
señor Oscar López para salir diciendo que esto es una cortina de humo para
tapar los recortes. Y es que algunos políticos ven peligrar sus carreras si la
juventud es sana, si los jóvenes son críticos, si poseen valores estables desde los
que pueden construir su propia vida y no seguir el dictado de una ideología
determinada. Saben que el citado tipo de educación los hará libres y por ello les
cierran las puertas a una enseñanza en libertad, con leyes de educación
manipuladoras ideológicamente.
Precisamente uno de los puntos fuertes del nuevo proyecto es que quiere aumentar
la autonomía de los colegios y la libertad de los padres. La protección de los
conciertos para la educación diferenciada es un buen ejemplo del respeto a la libre
elección. Otro punto fuerte es el mejor tratamiento y el fomento de la Formación
Profesional , que hasta el momento ha sido una especie de solución de segunda
división.
Decía Unamuno que para él, “el estudio del bachillerato signific el contacto con el
mundo alucinante del saber, es donde empieza para él la “concupiscencia del
saber”: “Me consumía el ardor infantil de saber, de penetrar en los misterios de la
cultura y una tristeza prematura acompaada de pobreza física”.
Mientras que España no supere la auténtica emergencia educativa que sufre, no
podremos salir de todos los demás problemas que tenemos y, que por el momento
le estamos dando más prioridad. Con la educación nos jugamos el futuro de la
sociedad. En un mundo globalizado sólo se
mejorará si preparamos a nuestros
jóvenes no para la mediocridad obediente, sino para la libertad
,
para hacer, en
definitiva, grandes cosas.
Elena Baeza Villena