¿SANTIFICACIÓN O ESPECULACIÓN?
El esfuerzo en la santificación diaria, no es más que el reconocimiento de que la
sangre de Cristo nos libra de todo pecado. (1: Juan 1:7) Esa es, junto con su resurrección,
la que da la norma de conducta del verdadero cristiano. No soy como usted me dice, “casi
perfecto”. Ni deseo serlo. Sería insufrible para todos.
Si me lo dice con sarcasmo no importa , si no lo es, da igual. Yo tengo mi camino
y no salgo de él. Ya he conocido muchos y ninguno me convence. En mi vida hay muchas
cosas de las que no me enorgullezco. ¿Y hay alguien que se pueda enorgullecer, a no ser
un pedante insoportable por los demás y por Dios mismo?
La falsa santificación se funda en el narcisismo que es un feo vicio. No acata La
Escritura y se siente superior a los demás. Lo hemos visto en gente maravillosamente
entregada a la evangelización, pero que en todas sus maneras traslucía un espíritu de
rebelión y de superioridad. El que desprecia a los niños en Cristo desprecia el calvario.
Si dejamos a nuestro arbitrio las palabras de La Biblia y ponemos en su lugar
nuestras propias percepciones (y más si se es ignorante en estas materias) toda la vida
cristiana queda reducida a lo que cada uno piense de sí mismo. En resumen petulancia y
narcisismo. Cosa impropias del que dice seguir al maestro.
La humildad y ejemplaridad que preconizó Cristo, es la verdadera guía para ser
vivificado continuamente, aun a pesar de nuestras flaquezas y nuestras cavilaciones. La
Biblia, dice el Salmo, es lámpara a nuestros pies, y lumbrera en nuestro camino. Dejémonos
de jactancias y corramos con Cristo el camino cierto, aunque doloroso de la cruz.
Hemos creado al "diosecillo cerebro" y este nos juega siempre muy malas
pasadas. Sobre todo en la vida espiritual, donde los espejismos son aún más peligrosos que
en el mismo desierto. Nos pueden llevar en una dirección donde no encontraremos el agua
ansiada, sino una decepción monumental. Y en el terreno espiritual la muerte eterna.
Esa locura de jactarse es contraria al espíritu humilde de Jesús. Si esperamos
vida eterna las demás prepotencias en nosotros solo valen para perdernos. Muchos son los
que proclamándose cristianos tienen una percepción de la realidad que es contraria a los
mandamientos sanos y verdaderos de la Santa Escritura.
A medida que crece la persona en santidad se ve a sí mismo como vil y sin
merecimientos ante el Señor, lo cual le agrada y allí extiende generosamente su
misericordia. Pensar en que siendo arrogante con los hermanos, haciéndose pasar por uno
más bueno y perfecto es engreimiento insufrible . Y eso aparta del Evangelio a muchos.
Marchemos pues, tras la huellas del humilde Cordero de Dios, pues ya hemos
visto a los grandes hombres de la historia con un fin desgraciado y humillante. Nosotros
somos el cuerpo de Cristo y miembros cada uno en particular. (1ª Corintos 12:27)
No caben entre cristianos pugnas y retorcimientos de la Escritura para avalar sus
cavilaciones, porque como dijo el Señor. Como son más altos los cielos que la tierra, así son
mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos. (Isaías 55:9)
Si ya nos lo dan hecho y bien hecho, meditemos y no hagamos cavilaciones que
nos pueden inquietar. Eso está súper comprobado . ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual
mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras
conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Hebreos 9:14)
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Cuanto más elevada sea la educación de una criatura, más respeto tiene por el
conocimiento, la experiencia y las opiniones de los demás
Un poco de ciencia aleja de Dios,
pero mucha ciencia nos acerca a El
(Pasteur)