Hombre Nuevo
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José Manuel, L.C.
Armstrong aprende del “huracán Carter”
La noticia sobre la deserción de Lance Armstrong en la querella que enfrenta desde el
año 1998 por el delito de presunto dopaje ha resultado polémica y emotiva.
La agencia anti dopaje de Estados Unidos sentenció de por vida la carrera profesional de
este campeón del ciclismo que logró conquistar siete veces el título del Tour de Francia,
una medalla de bronce en los juegos Olímpicos de Sydney y más premios. Lance
conquistó puertos y escudos y no pudo con la justicia, auténtica “cazadora de brujas”
que sin haber obtenido una sola prueba positiva de dopaje, lo sentenciaron de por vida.
Desistió porque le pareció absurdo invertir otra década de su vida tratando de probar
algo que ya prescribió. Lance comenzó desde los doce años su carrera deportiva y a los
16 ya era un triatleta profesional. Superó además un cáncer testicular con metástasis
pulmonares y cerebrales. ¿Cómo es posible que este campeón haya tirado la toalla?
Resulta indignante, pero debió haber continuado su lucha hasta la muerte. El honor de
su nombre no puede quedar en entredicho. Es triste su situación, pero si es inocente, su
destino es morir defendiendo su honra como un Giulio Andreotti, un Rubin Carter, alias
“el huracán”.