Aprender a alegrarse
Rebeca Reynaud
Cicern escribi en el ao 45 a .C.: “Nadie envejece slo por vivir un número de
años; la gente envejece al abandonar sus ideales; los años arrugan el rostro pero
perder el entusiasmo arruga el alma. En el siglo XXI Stephan Covey dice algo
parecido:
“El 10% de la vida está relacionada con lo que te pasa; el 90%, con la
forma en como reaccionas”.
Es muy conveniente
aprender a alegrarse
con sencillez de las innumerables
ocasiones de dicha que hay en nuestro camino: las maravillas del universo, la
amistad, las virtudes de los demás, la satisfacción del trabajo bien hecho, la alegría
del sacrificio…
Hay que experimentar que Dios nos ama, que está cerca. Qué importante es
dejarnos acariciar por Dios. Paladear lo que es estar con Dios. Señor: Tú quieres
que estemos contentos. Razones para quejarse hay abundantes, pero como
cristianos tenemos una razón para estar contentos: que Dios está con nosotros.
“Alegraos en el Seor”, dice San Pablo, “alegraos”. La alegría es el factor que
integra lo demás.
Hay tristeza en el que tiene avaricia o envidia, sin alegría no se puede vivir. Un
testimonio dado con amargura, no sirve. Cuando estamos tristes encontraremos
siempre un foco de soberbia. La aceptación rendida a la voluntad de Dios trae la
paz y la alegría. En cambio, cuando falta humildad la carga se nos hace
insoportable.
Amor es aquello que hace libres a los esclavos y esclavos a los libres
, dice
Ramón Lull. Los que más aman son los que se atan. En la renuncia encuentro la
belleza de mi vida, dice el Papa actual. Cuando uno mantiene joven el deseo de
amar a Dios, no va a tener problemas.
San Josemaría Escrivá
escribe en
Surco
: “Tu felicidad en la tierra se identifica
con tu fidelidad a la fe, a la pureza y al camino que el Seor te ha marcado”.
(
Surco
, n. 84). “Si cortas de raíz cualquier asomo de envidia, y si te gozas
sinceramente con los éxitos de los demás, no perderás la alegría”. (
Surco
, n. 93).
El secreto de la vida que pasa, es saber oír a Dios. Él nos dice: Felices aquellos que
dan sin saber que dan, pero dan con bondad y sin perseguir ningún otro objetivo, a
ellos todo les será restituido. Caridad es dar, dar, dar.
Santo Tomás de Aquino
decía: la alegría no es una virtud distinta de la caridad,
porque es efecto de la caridad. La palabra contento en italiano –
contentezza-
quiere
decir “lleno de contenido”.
Unas de las máximas del
Padre Pío
dicen: "Lo importante es caminar con sencillez
ante el Señor. No pidas cuenta a Dios, ni le digas jamás: ¿Por qué? Aunque te haga
pasar por el desierto. Una sola cosa es necesaria: Estar cerca de Jesús.
Si nos cita
en la noche
no rehusemos las tinieblas." Luego dice: “Por muy altas que sean las
olas, el Señor es más alto. ¡Espera!... la calma volverá... Las pruebas a las que Dios
os somete y os someterá, todas son signos del amor Divino y Perlas para el alma.”
... “Nuestro Señor, en cuanto considera nuestra alma lo bastante viril, lo bastante
entregada a su servicio, se apresura quitarle las dulzuras de antaño. Llega hasta
quitarle la facultad de orar, de meditar, es el abismo en las tinieblas y la aridez.
Esta mudanza aterra (...)”.
El mejor modo de servir a Dios es con alegría. Cristo ha venido a salvar, no
a
atormenta
r. Si hay algo de negativismo en nuestra vida, es señal de no estar en
el camino adecuado. Hay almas que se quejan continuamente; eso supone no
comprender la Encarnación del Hijo de Dios.
Jacques Philippe escribe: Nadie ha sido hecho para llevar una vida apagada,
estrecha o constreida a un espacio reducido, sino para “vivir a sus anchas”.
Nuestra falta de libertad proviene de nuestra falta de amor: nos creemos víctimas
de un contexto poco favorable cuando el problema real se encuentra en nosotros.
Es nuestro corazón el prisionero de sus miedos o de su egoísmo; es él el que debe
de cambiar y aprender a amar. Y hay que comprender también una cosa
importante: nuestra incapacidad de amar proviene muchas veces de nuestra falta
de fe y esperanza. (Cfr.
La libertad interior,
Jacques Philippe, Patmos, Madrid
2004).
Estamos en unos tiempos de contradicciones fuertes, de paradojas, de confusión.
Hay que ser decididos porque eso también es fuente de paz. Una persona que
confía en Dios sabe que lo demás vendrá por añadidura.
A veces vamos en busca de la solución de nuestros problemas y dejamos en
segundo lugar la fe y la confianza en Dios.
La alegría es misteriosa:
Muchas personas veían perplejas a la Madre Teresa de
Calcuta con su sonrisa y alegría que salía del alma mientras dedicaba sus cuidados
a los menesterosos y enfermos que todo el mundo rechazaba. Pero podemos leer lo
que había en su alma:
«Hay tanta contradicción en mi alma, un profundo anhelo de
Dios, tan profundo que hace daño, un sufrimiento continuo –y con ello el
sentimiento de no ser querida por Dios, rechazada, vacía, sin fe, sin amor, sin
entusiasmo... El cielo no significa nada para mí, me parece un lugar vacío
». Era la
noche oscura. Escribe Teresa de Calcuta: “La revolucin del amor comienza con una
sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes
hacerlo por la paz”.
Santa Teresa decía: “Gracias Seor porque me has libreado de mi misma”. Lo
mismo dice una pensadora alemana: “La verdadera paz del corazn es la ausencia
del egoísmo. Quien ama, siempre camina en libertad. Es libre de su condena más
grande: es libre del propio yo” (Jutta Burggraf,
La libertad vivida con la fuerza de la
fe
, p. 171).