¿Una o muchas éticas?
P. Fernando Pascual
1-9-2012
Empieza un debate sobre el aborto. Uno de los presentes afirma: “desde el punto de vista ético, el
aborto implica un acto injusto, porque se provoca la muerte de un hijo en el seno materno”. Otro
responde: “eso es lo que Ud. opina desde su punto de vista ético. Pero en el mundo moderno existen
muchas éticas, y millones de personas creen que el aborto no es algo injusto”.
Lo que acabamos de imaginar se puede aplicar a muchos otros ámbitos: política, economía, vida
familiar, relaciones humanas, etc.
Ante debates sobre el bien y el mal, sobre la justicia y la injusticia, surge la pregunta: ¿existe una
ética que permita juzgar los actos humanos? ¿O habría que reconocer que existen muchas éticas y
que, por lo tanto, es imposible decir que hay cosas que son buenas en sí y otras que sean malas en
sí? ¿Será que tenemos que resignarnos a suponer que todo lo que se refiere a la moral depende de
las opiniones de cada individuo?
Las preguntas no quedan simplemente en el campo de lo teórico. Decir que está mal imponer a una
niña la “circuncisión femenina” lleva a pensar que se equivocan los padres o familiares que realizan
tal acto. Por eso hay lugares con leyes concretas que prohíben y castigan a quienes tratan así a las
mujeres. Pero ese juicio negativo contra la mutilación de las niñas, ¿es algo subjetivo que depende
de una ética particular o de una cultura concreta, o es un principio ético que vale para todos los
pueblos y para todas las épocas?
Nos extrañaría encontrar a alguien que dijese: “según tu visión ética el racismo está mal, pero hay
personas que tienen una ética diferente de la tuya y que piensan que el racismo está bien”. Escuchar
a alguien que nos diga lo anterior causa rechazo. Pero, de nuevo, ¿existe una ética que vale para
todos según la cual el racismo sea siempre, sin condiciones, algo malo? ¿O hay que resignarse a ver
el racismo como algo relativo, según las opiniones de los pueblos y de las diferentes culturas?
Repetir una y otra vez, como hacen algunos defensores del aborto, que existen muchas éticas y que
así no podemos decir que el aborto sea algo malo en sí mismo, implica defender un relativismo en
el que tampoco sería posible declarar al racismo o a las guerras de agresión como actos
intrínsecamente malos.
Es evidente que existen diferentes visiones éticas, pero no todas valen lo mismo. Y si la ética busca
identificar lo que está bien y lo que está mal en sí, entonces tendremos que dar un paso adelante
para reconocer que hay teorías éticas que, en el fondo, están equivocadas, porque declaran como
correcto lo que es malo, o como equivocado lo que es correcto.
Por eso es tan importante superar la frase que algunos repiten como un mantra: “para ti esto es
malo, pero para otros esto es bueno”. Hay que ir más fondo, y preguntarnos seriamente: ¿qué
convierte en malo o en bueno un acto humano? No todas las éticas valen lo mismo: algunas están
equivocadas, mientras que otras (¿quizá solamente una?) ofrecen respuestas válidas para todos.
Sólo cuando aceptemos que no todo vale lo mismo, que hay cosas buenas en sí y malas en sí,
estaremos en condiciones de avanzar hacia la búsqueda de una ética que permita iluminar la
conciencia de todas las personas que amen la verdad, el bien y la justicia.