La Vocación
Rebeca Reynaud
Dios ha ganado las elecciones y, ¡sorpresa!, nos ha llamado a ser parte de su
gabinete. Ante esta invitación puede haber actitudes muy diversas.
1ª actitud: “Qué emocin ser objeto de su predileccin!”.
Dios le podría contestar:
-“La vocacin cristiana tiene como característica no confiar en posibilidades y
seguridades personales, sino confiar en Dios, en su providencia”.
2ª actitud: “Por dnde empiezo?”. Dios podría responderle: “Empieza por ti
mismo, cuida de ti, de tu pureza interior y exterior, cultiva tu aprendizaje para que
tengas alma de apóstol. Tu alimento diario serán la oración y la Eucaristía, y eso
renovará tu amor y tu deseo de servir.
3ª actitud: “Me da miedo tener tanta responsabilidad y tantas personas a mi
cargo”. Dios podría explicarle: “Las almas son mías y las quiero para hacerlas
felices: Yo daré sentido a sus vidas, tú eres sólo el instrumento de que me valgo
para atraerlas a mí. Confía en mí, quiero contar con tus talentos, tu tiempo, tu
docilidad y tu lealtad. Ese será el secreto de nuestra eficacia, Yo te daré la fuerza y
el entusiasmo que necesitas”.
4ª actitud: “Por qué me eliges a mí? Qué hice?”. Dios le responde: “Mi eleccin
precede a tus méritos, lo que me atrajo fue tu miseria; pero a pesar de tu
pequeñez, deja que Yo haga la labor en tu alma y en la de los demás. Te elegí
antes de la constitución del mundo porque quise. No importa que palpes tu ‘ nada’ ,
Yo haré brillar en ti mi potencia… Acuérdate que San Pedro escribi: Poned esmero
en fortalecer vuestra vocación y elección. Porque si os comportáis de este modo, no
tropezaréis jamás. Así se os abrirá de par en par la entrada en el reino eterno de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pe 1, 10-12).
5ª actitud: “Estoy dudoso, no sé qué hacer. Y si me equivoco?, ¿y si la riego ?”
Dios contestaría: “Eres fuerte si cuentas siempre Conmigo, si rezas y te mortificas
antes de actuar; tienes la buena doctrina a la mano, la guía del Papa y de otras
personas con las que cuento para apoyarte, cuentas con la Palabra de Dios y con
los sacramentos. Ten cuidado con los malos consejeros, con tu falta de rectitud y el
mal uso de los bienes materiales. La autoridad moral, el prestigio, lo ganarás con el
ejemplo de tu vida recta, honesta, alegre, sacrificada, y con un verdadero espíritu
de caridad que se manifiesta en un servicio sincero que no hace acepción de
personas. Ve en los demás hijos de Dios y hermanos en la fe. De este modo el
trabajo de mi gabinete será eficaz, podrán cooperar en mi obra de la redención,
haciéndote ipse Christus , ¡otro cristo!, con la plena libertad que te abrirá a mi amor
y a mi vida íntima. ¿Hay una tarea más apasionante que ésta? La vocación es un
don de Dios, y este don hay que alimentarlo continuamente. La vocación se
entiende muy poquito, pero en la medida en que trates al Espíritu Santo, la
entenderás más. El hombre es relación, y si no se cultiva la relación con Dios, se
sentirá vacío”.
Así percibe y explica la vocación, una conocida mía llamada Michelle R.
En el siglo XVI sabiamente escribi fray Luis de Granada: “Entre todas las cosas
humanas, ninguna hay que con mayor acuerdo se deba tratar (...) que es sobre la
elección de vida que debemos seguir. Porque si en este punto se acierta, todo lo
demás es acertado; y, por el contrario, si se yerra, casi todo lo demás irá errado”
( Guía de pecadores ).
Ni los Apóstoles, ni las santas mujeres, ni Simón de Cirene esperaban la llamada de
Jesús, y el Señor les dijo: ¡Ven! Pero hace falta que también las interesadas deseen
cumplir el querer de Dios. La entrega se da a lo largo de toda la vida, es un proceso
de conversión que termina cuando termina la vida.
((Hasta aquí puede ser la versión corta)) - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Peter Seewald, en 1996, le hizo una entrevista al entonces Cardenal Ratzinger, y le
preguntó cuántos caminos puede haber para llegar a Dios. El cardenal respondió:
“Tantos como hombres”. Luego aadi: “Tengo la certeza de que Dios se ha fijado
en mí. Es una certeza en la que he basado mi vida y en la que quiero vivir y morir”.
Uno de los mejores Papas de la historia, Benedicto XVI, nos dice: “Hoy necesitamos
más que nunca perseverar en la vocación; hoy necesitamos más que nunca
personas que se entreguen por entero. Es útil que haya personas que se dediquen a
una labor durante dos o tres años, pero también se necesitan otras muchas que se
den por entero. Hay vocaciones que exigen la totalidad de la persona” ( Dios y el
mundo , p. 241).
La vocación a la santidad la tenemos todos desde el Bautismo. Ahora, pedimos que
Dios nos dé sabiduría para que sepamos en qué consiste nuestra llamada, ya que
uno es feliz en la medida en que tiene conciencia de su valer.
San Josemaría Escrivá, “por su dilatada experiencia pastoral, conocía que muchas
crisis, tanto sacerdotales como familiares, se remedian con oración, con espíritu de
sacrificio, entrega a los demás… y tiempo. Sabía que, de grandes pecadores, de
almas tibias o desorientadas en una época de su vida, el Espíritu Santo puede
hacer, si corresponden a la gracia, grandes santos” (cfr. Julián Herranz, En las
afueras de Jericó , Rialp, Madrid 2007, p. 151).
Uno de los Hermanos Misioneros de la Caridad le dijo a la Madre Teresa de Calcuta:
-Mi vocación es cuidar a los leprosos.
-Está equivocado, Hermano –repuso ella-. Su vocación es pertenecer a Jesús. El
trabajo que realice sólo será una manera de expresarle su amor; lo de menos es lo
que haga.
Nuestra Señora dijo el 2 de septiembre del 2011 en Medjugorje: “Mi Hijo los ha
traído a ustedes, a la gente del mundo entero, a conocer al único Dios
verdadero y a Su amor...”. Ustedes han sido elegidos específicamente para estos
tiempos. “Los invito. Los necesito. Los escogí. Ustedes son importantes”.
H an sido llamados, invitados por Mí para una tarea especial: “Quiero que ustedes
comprendan que Dios los ha escogido a cada uno con la intención de
usarles en un gran plan para la salvación de la humanidad” ( 25 de enero de
1987 ).
La vocación es única e irrepetible, por eso afirma un poeta (León Felipe):
“Nadie fue ayer
ni va hoy
ni irá mañana hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol
y un camino virgen
Dios”.