Ruiz Gallardón, defensor del Niño
Ruiz Gallardón se muestra defensor de la vida del nasciturus, sin rebozo,
con valentía, poniendo particular énfasis en la protección del niño discapacitado, el
más necesitado de compasión y ayuda. Hay que tener mucho coraje, hoy, para
defender leyes que apoyen la vida sin fisuras, máxime en política. Ojalá Gallardón
se decidiera a cortar, de una vez por todas, la injusticia del aborto. Las leyes
inicuas del aborto han trivializado la vida hasta el punto de difundir una mentalidad
eugenésica de corte nazi, que lleva a suprimir la vida de los niños con algún
defecto, incluso cuando pudieran sanarse o aliviarse. Los abortistas han preferido
cortar por lo sano, aunque ello suponga un retroceso en el esfuerzo de la medicina
y la técnica contra la enfermedad y la incapacidad. El Ministro de Justicia está
cargado de razón cuando afirma lo obvio: "el aborto no es un derecho de la mujer,
es una tragedia, tanto para la madre como para el concebido", y "defender la vida
es lo más progresista que se pueda hacer, ya que sin vida no hay ser humano".
Como pedagoga, valoro mucho y creo que sería muy eficaz, la propuesta de
Gallardón: es necesario promover "una educación sexual destinada a saber lo que
está en juego...", "un tercius, una nueva persona con todos sus derechos ", como
define, al nasciturus, el Tribunal Constitucional.
Josefa Romo