Álvaro del Portillo, declarado Venerable
El pasado 28 de junio, Benedicto XVI ha firmado el decreto que reconoce las
virtudes heroicas de Álvaro del Portillo, el principal colaborador del Fundador del
Opus Dei san Josemaría Escrivá y su primer sucesor, se trata de un paso
fundamental en su proceso de beatificación, con él, el Papa ha reconocido que
Álvaro del Portillo vivió heroicamente las virtudes cristianas.
En 1991 aún no conocía yo personalmente a Don Álvaro, solo por lo que había
leído, veía en él a una persona fiel, humilde, un ejemplo de fortaleza y de confianza
en la Providencia divina. Por todo esto, no dudé en escribirle pidiéndole
encomendara un asunto muy delicado que en mi familia estábamos atravesando,
estaba segura que iba a interceder al Señor. ¡Estaba segura sí! Pero lo que nunca
podía pensar es que a vuelta de correos me contestara diciéndome que en su
oración diaria había tenido presente mi petición. Llegó el día esperado y lo que se
preveía que iba a ocurrir porque los medios humanos no podían hacer otra cosa, sin
que nadie lo pudiera entender, el gran problema que teníamos se solucionó
favorablemente.
Posteriormente tuve ocasión de conocerlo, la última vez que lo vi fue en septiembre
de 1993, venía a Torreciudad a la ordenación de 21 diáconos, cuando supe la
noticia -no lo pensamos mi marido y yo-, pues coincidía con nuestro aniversario de
boda un 4 de septiembre a las seis de la tarde y aunque las ordenaciones eran el
día 5 no dudamos en ir, ¡cual fue nuestra sorpresa que a las seis de la tarde
decidimos ir a misa al santuario de Nuestra Señora de los Ángeles y la misa la
celebraba Don Álvaro! Terminada la celebración eucarística departió un rato de
tertulia con los allí presentes a los que nos animaba a llevar a Dios a todos,
empezando por nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo, etc. nos puso de
ejemplo a San Pedro y a los demás apóstoles, decía: “¿fijaos la cultura que podían
tener Pedro y los demás apóstoles, pescadores? y sin embargo (…) de lo que fueron
capaces, ¿nosotros con tantos medios cuántas cosas podríamos hacer?”.
Como “es de buen nacido ser agradecido” no quiero dejar pasar la ocasión de darle
públicamente las gracias, -aunque a diario lo hago dirigiéndome a él- por tantos y
tantos favores a los que recurro a su intercesión y nunca me veo desatendida.
Gracias también Don Álvaro porque nos has dejado un ejemplo de siervo fiel y
prudente que como escribiría después de su muerte el Padre John O'Connor,
agustino irlandés: “Al advertir su presencia amable y discreta al lado de la dinámica
figura de Mons. Escrivá, me venía al pensamiento la modestia de san José”.
Y, gracias a Ti, Señor, que nos distes este pastor ejemplar que tanto amó a la
Iglesia y procuró en todo momento buscar el cumplimiento fiel de la voluntad de
Dios.
Elena Baeza Villena