Hombre Nuevo
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José Manuel, L.C.
Didier Drogba
La emocionante final de la Liga de Campeones de Europa, entre el Bayern
Munich y el Chelsea, nos dejó en la pantalla la heroica figura de Drogba, por
haber arrebatado la copa del equipo alemán, en el minuto 90 con un magistral
gol de cabeza por toda la escuadra, y finalmente, por haber sentenciado en la
serie de penales. Detrás del mérito deportivo, este jugador esconde otros
méritos aún más conmovedores.
Cuando su país clasificó para el mundial del 2006, en ese momento de furor y
delirio por el triunfo, frente a los miles de espectadores africanos, de rodillas,
suplicó para que se llegara a un cese al fuego en su país natal, Costa de Marfil,
que llevaba cinco años de guerra civil. A las pocas semanas se logró un
armisticio, se convocó elecciones y se puso las bases para la paz.
Los medios tienen un vastísimo potencial de comunicación y Drogba lo supo
aprovechar para llevar un mensaje de paz, infinitamente más importante que
hablar de su persona, su novia o sus lujos. Lástima que se trate de una
excepción frente a tanta frivolidad. Los personajes públicos tienen una
responsabilidad de la cual no se pueden eximir. Los medios agigantan y
globalizan todo, lo bueno y lo malo. Este jugador nos ha dado ejemplo.