La lección de Licurgo
La diferencia es la educación
Pbro. José Martínez Colín
1) Para saber
El hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, y
cuando nace –y durante un largo período de tiempo- depende
mucho del cuidado de sus padres. Desde su concepción goza de
toda la dignidad de la persona humana que debe ser custodiada.
Pero es un hecho que necesita tiempo y ayuda para alcanzar toda
su perfección. Este desarrollo no es automático, sino que precisa de
la educación.
2) Para pensar
Se cuenta que el orador Licurgo, famoso ateniense, fue
invitado a dar una exposición respecto a la educación. Aceptó la
invitación, pero pidió un plazo de seis meses para prepararse. El
hecho causo extrañeza, pues sabían que él tenía capacidad y
condiciones de hablar en cualquier momento sobre el tema. Y, por
eso mismo, lo habían invitado. No obstante accedieron.
Transcurridos los seis meses, compareció él delante de la
asamblea en expectativa.
Se ubicó en la tribuna, y enseguida entraron sus criados
portando cuatro jaulas. En cada una había un animal, siendo estos
dos conejos y dos perros.
A una señal previamente establecida, uno de los criados abrió
la puerta de una de las jaulas y una pequeña liebre, blanca, salió
corriendo, espantada. Luego, el otro criado abrió la jaula en que
estaba el perro y éste salió en desesperada carrera a la captura de
la liebre. La alcanzó con destreza, despedazándola rápidamente. La
escena fue dantesca y golpeó a los espectadores. Una gran
conmoción se produjo en la sala y los corazones parecían saltar del
pecho. Nadie conseguía entender lo que Licurgo deseaba con tal
agresión.
Igualmente, él no dijo nada. Volvió a repetir la señal
establecida y la otra liebre fue liberada. Seguía el turno para el
segundo perro.
El público apenas contenía la respiración. Algunos más
sensibles, se llevaron las manos a los ojos para no ver la repetición
de la muerte bárbara del indefenso animalito que corría y saltaba. Al
salir el segundo perro de su jaula, se dirigió corriendo velozmente
hacia la liebre. Sin embargo, en vez de destrozarla, simplemente la
tocó levemente con la pata. La liebre se dejó caer simulando haber
sido golpeada. Luego se irguió y se puso a jugar con el perro. Para
sorpresa de todos, los dos animales demostraron una tranquila
convivencia, saltando de un lado para el otro.
Entonces y solamente entonces, Licurgo habl: “Seores,
acaban de asistir a una demostración de lo que puede hacer la
educación. Ambas liebres son hijas de la misma matriz, fueron
alimentadas igualmente y recibieron los mismos cuidados. Así,
igualmente los perros. La diferencia entre ellos reside, simplemente,
en la educacin”.
Y prosiguió vivamente su discurso diciendo las excelencias del
proceso educativo. “Si eso se pudo hacer con animales logrando
dominar su instinto, cuánto más no se podrá hacer con los hombres:
Una educación basada en una concepción exacta de la vida,
transformaría la cara del mundo”.
3) Para vivir
La misma etimología del término subraya la necesidad que el
ser humano tiene de la educación como parte esencial de su
perfeccionamiento. Educar viene del latín “ducere” que significa
“guiar”. Y también proviene de “educere” que significa “extraer”, es
decir, sacar lo mejor de cada uno, desarrollar todas las capacidades
de la persona. Estas dos facetas –guiar y desarrollar- constituyen el
fundamento de la tarea educativa, en la que los padres tienen un
papel insustituible.
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