APOSTOLADO CRISTIANO DE LO SENCILLO
“Dadme un punto de apoyo y moveré el globo de la Tierra”, frase genial que se
atribuye a Arquímides, hablando de la palanca. “Dadme un cristiano de fe, por
sencillo que sea, y moverá montaas”,calco y paráfrasis del dicho de Jesús: “Si
tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa montaña, trasládate al mar y
os obedecería”. Y es que nada hay imposible para quien tiene fe.
Los cristianos sabemos que Dios es todopoderoso y que para Dios nada hay
imposible.
Dios no necesita nada de lo que el mundo sobrevalora, para hacer brillar su obra
divina. Ni la sabiduría, ni el poder, ni el dinero, ni las riquezas, ni la fama, ni los
medios de la técnica, de la ciencia o del progreso. A lo largo de la historia de
salvación, la constante divina siempre ha sido la misma. Escoge a los más pobres,
humildes, sencillos para llevar a cabo su obra. Así obró Dios en la divina obra de la
encarnación, redención del mundo: Dios oculta su divinidad y muestra la
humanidad de Jesús en toda su vida. Sus más íntimos colaboradores fueron María,
José, los apóstoles, los discípulos, los primeros cristianos, etc. Todos personas
humildes y sin brillo humano. Lo que Dios busca es la fe, confianza y amor del
corazón. Para confundir al mundo, Dios se fija en lo que no cuenta para el mundo y
por su medio sigue adelante su obra universal de salvación. El cristiano y todos los
cristianos, deberíamos valorar esto. Es una gracia singular el ser instrumentos de
salvación en manos de Dios. Es decir apóstoles y colaboradores suyos, por pobres y
poca cosa que seamos. ¡Dios cuenta con nosotros¡.
En un mundo materializado y en gran parte ignorante y cerrado a las realidades del
más allá, cuántas ocasiones de hacer el bien y hacer apostolado, pierden muchos
cristianos.
En nuestra corta vida, nunca o casi nunca se presentan grandes ocasiones de fungir
como apóstoles. Mientras se dejan pasar infinidad de oportunidades de serlo, sin
ruido y calladamente. Una estampa, una hojita, una fotocopia, una medalla, un
librito o folleto o un simple tríptico, pueden ser medios providenciales de
apostolado. Quienes buscan el lucro o el dinero nos dan lecciones en colocar por
todos y en todos los medios, sus productos y su propaganda asfixiante. ¿Por qué
los catlicos sencillos no les imitamos y hacemos otro tanto para “vender” nuestros
tesoros espirituales en los que decimos creer?. A la iniciativa del lector católico
queda hacer lo posible e imposible, para dar a conocer a Jesucristo, el único
Salvador del hombre. Esto es ser apóstol.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN.