Hombre Nuevo
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José Manuel, L.C.
Jesús no fue mexicano
El mes de mayo tiene color de flores, antojo de fiesta y de nuestras madres, el
dulce recuerdo. Este año celebraremos el mismo día a nuestra madre del cielo,
la Virgen de Fátima, y a la que nos meció en la cuna, llámese como se llame,
excepto los mexicanos que siguen respetando el 10 de mayo como si fuera un
juramento. La madre es casi sagrada. Ellos lo toleran todo, menos que se
metan con su madre. La madre es propiedad privada que a nadie le está
permitido invadir, es terreno sagrado, es límite y frontera. Una madre no se da
ni se comparte y mucho menos se regala. Por esta razón me llama mucho la
atención el hecho de que Jesús, en la cruz, nos haya querido dejar a su madre
santísima, la Virgen María, para que no existiera ni un solo niño, adulto o
anciano viviendo en la orfandad. Definitivamente, Jesús no fue mexicano
porque jamás nos habría dejado a María como madre. Una madre no deja de
ser hija y por eso la Virgen María es el mejor regalo que Jesús nos ofrece a
todos sus hijos. Cuánta veneración y gratitud le debemos a nuestra madre que
nos dio la vida y ha sido reflejo del amor maternal de Dios. Jesús no fue
mexicano, ni colombiano, ni venezolano…
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