SOBRE DIVERGENCIAS DOCTRINALES
A causa de los mensajes que recibo sobre asuntos polémicos, voy a escribir sobre
el alboroto de las distintas iglesias o denominaciones. No soy teólogo, por lo que me
guardaré muy mucho de meterme a decir lo que hay que creer y hacer.
Aclaro (o lo pretendo), que ni soy calvinista extremo, ni pelagiano. Hay en el
ámbito religioso muchas tendencias, en las que ni el mismo Jesús sale bien parado. Los
monofisitas dicen una cosa muy etérea y no precisamente correcta, los calvinistas que la
salvación está ya establecida, y el pelagianismo que la salvación depende del esfuerzo
humano. Explicado así, a vuela pluma.
El hecho de que se hayan rechazado y condenado por la Iglesia Católica, no es
determinante en lo que quiero decir. Hablo con mucha gente, y cada uno me dice una cosa
distinta conforme a su “sensibilidad”. Yo respeto, pero en muchas doctrinas no estoy
conforme. Y es triste, cuando pretendemos aclarar algo sobre esto, que invariablemente se
crea uno malentendidos, contradictores y hasta enemigos. Para muchos, solo hay lo que
dice su grupo y los demás están condenados. Y cuanta más ignorancia, más saña y
desprecio. Sé que “arrejuntar” a personas con tan distinta forma de pensar, como somos
todos, es muy difícil; aunque en materia teológica los creyentes en Cristo, solo tienen que
seguir los consejos evangélicos.
Los reformados creen que la soberanía de Dios (reconocida por todos), se ejerce
arbitrariamente, y tienen su propio evangelio. Arrepentimiento y Fe en Cristo, y una vida
de evidencias son su caballo de batalla. En cierto modo todos participamos en estas
creencias. En esa convicción hacen muy buenas obras y son benéficos, aunque la
evangelización es algo desdeñada, en la creencia de que si Dios no toca a la persona, nada
hay que hacer si Dios no lo tiene predestinado para salvación. Y en parte, se puede
considerar esta posibilidad, matizándola en bastantes cosas.
Los pelagianos, que existen en todas las iglesias llamadas cristianas, piensan que
los esfuerzos del hombre, y basándose en un versículo, creen que se puede borrar a las
personas del Libro de la Vida si no hacen las obras prescritas. También estos tienen puntos
con los que estar de acuerdo, pero hacen pivotar la salvación en las fuerzas del hombre.
Casi ninguna denominación quiere saber otras perspectivas, por lo que la
ignorancia deja a las gentes sencillas y descuidadas en la profundización de la Escritura,
presas de la denominación en la que se han afiliado. Cuando militan en alguna
denominación cristiana real, es menos problema.
Basta mirar algo en la red Internet, para constatar la avalancha de tendencias de
lo más variado y hasta estrambótico. Algunos casos son de muy difícil comprensión, para
cualquier persona con un mínimo de instrucción y cabeza.
No hay que ser un lince, para darse cuenta de las miríadas de personas que
acuden a reuniones y predicación de la Palabra, para darse cuenta de cuanta mixtificación
existe en estos conventículos, a veces muy numerosos.
Arminianos y Reformados son hombres pecadores… como todos. Ninguno es
mejor que otro, aunque muchas veces los reformados se crean que son la única formación
que está en la verdad. Son demasiado suficientes, para hacer lo que los arminianos hacen,
entregando dinero y moviéndose en la evangelización con un entusiasmo envidiable.
Acertados o no, lo cierto es que lo hacen.
La impericia general (con sus muy buenas excepciones), hace que la correcta
doctrina sea zarandeada en discrepancias en el catolicismo, por las muchas tendencias y los
muchos "apóstoles", que más que católicos parecen bigardos laicistas. En fin, esa es mi
impresión. Hay para varios libros. Sin embargo la fe genuina, está libre de las desviaciones
someramente expuestas.