Y DE LO MÍO QUÉ?
Desde que el mundo es mundo muy propio de la condición humana ha sido siempre
ante la amenaza de un mal general, el meterse cada uno en su agujero, esperar a
que pase la tormenta, pensando sálvese el que pueda, y criticar luego al vecino de
lo sucedido. En una palabra que todos somos unos egoístas y que vamos cada uno
a lo nuestro. Una vez más es lo que nos está pasando a los españoles en la
actualidad ante la crisis económica.
Ya no es que vamos en recesión, ni que vamos al precipicio,-como ha dicho un
político- es que estamos ya en él, sujetos a una cornisa antes de estrellarnos. Aún
en esta crítica y angustiosa situación común, hay quien lo tapa todo con grandes
palabras en vez de mirar cómo salimos adelante. Muy bien lo ha expresado el
ministro Montoro, referido a la actitud en general de los nacionalistas y de algunos
insensatos políticos, de derechas y de izquierdas. Ante el panorama de 5 millones y
medio de parados, de miles de familias donde nadie trabaja, ante los sonados
escándalos de malversación, robo y despilfarro del dinero de todos, aún hay quien
mirándose el ombligo pregunta muy solidariamente:¿”Y de lo mío, qué?. Es la hora
de arrimar el hombro todos sin excepción, de pensar en los más pobres-Cáritas e
Iglesia ejemplares- y no reclamar los supuestos derechos. Sobran arribistas,
partidistas, populistas, nacionalistas, egoístas, oportunistas y faltan estadistas,
patriotas de corazón grande para echar una mano a los más débiles. De esto se
trata.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTÍN.